Competitividad, y no competividad, es el término adecuado para referirse a la capacidad de competir. El adjetivo que alude a la capacidad de competir es competitivo (no competivo) y de él deriva el sustantivo competitividad, recogido en el Diccionario académico desde 1992. Ejemplos: La digitalización supondría una reducción de costos y mayor competitividad. Es otra de las voces que pide devolver la competitividad al equipo.Recuerda que: Proveniente es el adjetivo derivado de provenir y significa que proviene, esto es, que procede de un lugar, por lo que, tal como recoge el Diccionario panhispánico de dudas, no es correcta la forma provinente. Ejemplos: La playa está hecha de olivina mineral proveniente de un volcán cercano. La producción, proveniente de la ópera de Oviedo, era modesta en lo material.