Algunas personas tienen la tendencia a cambiar de estado anímico en cortos periodos de tiempo. Esto se conoce como labilidad emocional o afectiva. Dicha condición no está relacionada con la bipolaridad, y tampoco está asociada necesariamente con algún trastorno psicológico.
Cuando las emociones duran poco tiempo y los cambios de humor ocurren sin razón aparente, podemos establecer que se trata de labilidad emocional. Es la variación repentina entre estados de ánimo en una persona. A este patrón también se le conoce con el nombre de síndrome pseudobulbar. Se trata de una conducta anormal en la manera de gestionar las emociones propias.

No se considera como tal una patología; sin embargo, comprende una alteración que puede causarle complicaciones importantes a quienes la presentan, puede hacer que se vuelva complicado establecer vínculos duraderos y sanos con las demás personas.
Síntomas
Sensación de irritabilidad intensa e incontrolable; llanto fácil y que se produce sin tener claros los motivos; risa incontrolable que podría aparecer en momentos inoportunos; escasa tolerancia a la frustración; dificultades continuas para conciliar el sueño durante las horas de la noche; optimismo exacerbado que suele durar poco tiempo; durante esos momentos, el sujeto se muestra eufórico y con una visión irracionalmente positiva respecto a cualquier situación; pesimismo generalizado respecto a cualquier situación, puede manifestarse junto con ataques de ira, agotamiento o aplanamiento afectivo; sensación de inseguridad al momento de tomar decisiones sencillas.
Se origina por factores diversos; desde estilos de crianza disfuncionales durante la infancia, hasta factores biológicos. Por ejemplo, un sujeto podría presentar cambios de humor repentinos y rápidos si desde pequeño se le inculca que puede conseguir siempre lo que desea.
Pero, también podríamos encontrar personas que muestran cambios irracionales en su estado anímico por causas orgánicas. Este sería el caso de sujetos con alteraciones o lesiones en el lóbulo prefrontal del cerebro.
Existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de labilidad afectiva en las personas.
-Por experimentar niveles de estrés elevados durante mucho tiempo. Esto podría ocurrir por sobrecargarse de trabajo, o por tener demasiadas responsabilidades familiares y no delegar funciones en ningún área. De este modo, es natural que ocurran cambios de humor durante épocas de tensión.
-Como resultado de algún accidente que provoque una lesión a nivel del cráneo, de manera que acaben afectadas las áreas del cerebro involucradas en la regulación de emociones.
-La presencia de algunos trastornos puede provocar síndrome pseudobulbar. Es el caso de la ansiedad, la ciclotimia, la depresión, entre otros.
Tratamiento farmacológico
Solo en los casos más intensos, cuando el tratamiento psicológico no consigue dar los resultados esperados, se sugiere el uso de fármacos. La vía natural para que esto ocurra es que el psicólogo refiera al paciente con un psiquiatra para que pueda hacer una nueva evaluación y, en función de esto, recetar los medicamentos.
Tratamiento psicológico
Este tratamiento se basa en la adquisición de recursos que sirvan para afrontar aquellas situaciones problemáticas desde una perspectiva de conducta. Son necesarias varias sesiones con un terapeuta, quien empleará los mejores métodos para que la persona pueda conseguir soluciones. La terapia cognitivo conductual es efectiva en este caso.
Es importante abordar determinados aspectos. Como primer punto, aprender a gestionar las emociones. Partiendo de esa base, el paciente será capaz de reconocer aquellas situaciones que le generan malestar.
Diversas técnicas de relajación pueden contribuir de forma significativa a que las personas conecten mejor con sus propias emociones; sobre todo aquellas que se basan en la respiración.
Las habilidades sociales son muy importantes. Es necesario entrenar a la persona en cuanto a las formas de relacionarse con los demás. De este modo, evitará caer en relaciones disfuncionales.
Los cambios de humor no siempre son malos
Cuando existen motivos para que se produzca un cambio emocional, lo más sano será vivenciarlo. No debemos negar nuestras emociones, a pesar de que sean desagradables.
Aprender a lidiar con aquello que nos pone tristes o malhumorados hará que reaccionemos ante estas situaciones. La idea no es huir de los cambios de humor, sino entenderlos y afrontarlos de manera adecuada.

Fuente: Bienestar, Mente sana.
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