Después de haber desnudado su alma en proscenio, la actriz, promotora cultura y poeta Patricia Rodda se lanza al mar con su segundo poemario, Pseudopez, que como en su primer libro encierra amor, sororidad, amistad y complicidad.
Esta nueva propuesta poética de Rodda es, a la vez, revelación, continuidad y transgresión. “Todos salimos del mismo mar, aunque algunos se resistan a creerlo. Sin embargo no pueden apartar los ojos cuando se lo encuentran. Cuentan que los calma, que los divierte, que los inspira, pero la verdad es que le tememos. Sabemos de su fuerza y de nuestras fragilidad ante su grito”, dice la poeta en el prólogo, quien además, revela: “de mi obsesión por el océano han salido estas páginas. Creo profundamente que todo lo que toco o digo esta bañado por él y que nadie está exento de su sal”.

En una percepción que podría coincidir con la de muchos, la persona que regala al mundo estos versos, confiesa: “me considero un pez que se quedó varado y no se reconoce en ninguna orilla. No tengo branquias ni cola ni ojos predicando profundidad. Esto me convierte en una desadaptada, en una “pobre mujer” sin coartada, en un pseudopez.
Empieza por un Mar abierto, sigue por varias de las caras del mar, de la serenidad a la furia: Oleaje, Tormenta, Penetración del mar y Maremoto…hasta llegar a Fondo marino, Inmersión y Ofrenda hasta dejarnos con sus versos finales:
“No sé despedirme de este libro
aferrado a mis manías, que se resiste a irse de mí.
Nunca podré despedirme del mar”.
Sin embargo, en la mitad del volumen, este volumen publicado por Aurelia ediciones, cambia el color. Sobre páginas negras, Patricia rinde tributo a los orishas: a Yemeyá, a Oshún, Shangó, Oyá, Obdua, Orula, Olokún, Yyawó.
Alrededor del libro y su develación al mundo, hay complicidades y hay dos Zaida. En sus palabras de presentación del libro, la escritora Zaida Capote “una de las virtudes de este libro está en cómo dibuja un espacio. Un paisaje íntimo a veces y otra amplio, de plaza de infinito. Como refiere esas íntimas tristezas, describe el paisaje vital, plena de ausencia, si se permite el oxímoron, como si habitara otro mundo”.
Como un lujo, acompañan los versos de Rodda los dibujos de la pintora cubana Zaida del Río, Premio Nacional de Artes Plásticas 2023. Amiga y cómplice de la poeta, Zaida confesó sus motivaciones para llenar las páginas de peces, barcos, mujeres pájaro, anzuelos, rostros femeninos, cuerpos… “Me gusta mucho su poesía. En esos días que estaba leyendo el libro, pude compenetrarme bien en el mundo de Patricia y especialmente, con el mundo de este libro, que es un mundo del mar y es algo que conozco y conocemos todo por vivir en Cuba”, declaró.

En las páginas de Pseudopez, Zaida se puso aletas para nadar en el mundo de Rodda, sin renunciar a la mujer pájaro con la que no pocos la identifican.
La poeta ecuatoriana Aleyda Quevedo Rojas, escribió sobre este volumen: “En este libro hay una mujer con alas que es un pez, en su esencia definitiva y, lleva en sus entrañas un mar escarpado y sagrado que es destino y relato. Una mujer que no teme alcanzar altas profundidades. Versos ingeniosos que alcanzan la superficie. Imágenes que perforan la retina desde un fondo cristalino”.
Y nadando en tierra, volando en el agua y la imaginación, anda Patricia Rodda, esperando la llegada de Mar.


Otras informaciones:
Excelente tarde tuve el placer de estar ahí y acercarse a la poesía, pintura ,arte en general también nutre; se ha perdido tanto el contacto de todos y con la literatura que debemos de vez en mes asistir espacios como esto que de una forma u otra nos vemos reflejado en las páginas escritas de la autora.