Ana Ivis y Gretel tienen 14 años y junto a más de un centenar de niñas, niños y adolescentes, disfrutaron de la fiesta que organizó el proyecto Cambula para los 13 hogares de menores sin amparo familiar de La Habana. Rieron con las ocurrencias de la payasa Melodía y cantaron y bailaron, acompañando -algunos desde el escenario-, a Waldo Mendoza.
"Fue lindísimo. Nos gustó todo", dijeron, emocionadas, mientras compartían detalles de cuándo les tirarían las fotos de 15 y les harían su fiesta.

El encuentro, en la Casa de La Música de Miramar, es fruto de la labor que Cumbula lleva organizando desde hace algunos años y que ha encontrado el eco en varias instituciones y organismos, entre ellos, el proyecto PMM, las direcciones provinciales de Cultura y Educación, el Ministerio de Educación y la Agencia Cubana de Rap, explicó Norbel Nicolás Garriga Pérez, director del proyecto, de la Red Nacional de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, que trabaja con el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
En esta ocasión, precisó, se seleccionó el espacio para conmemorar el aniversario 60 de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), que forma parte del equipo organizador de este tipo de actividades, que celebran cada dos meses. A esta fiesta de abril se sumaron también la compañía Alboroto y cuatro grupos de rap.

Razón de ser
La esencia de estas acciones es darles alegría a niñas, niños y adolescentes fuera de los hogares, por la repercusión que tienen en su estado emocional y su desarrollo.
Para Beatriz Roque Morales, directora nacional de la Educación Especial en el Ministerio de Educación, "estas actividades resultan muy importantes para los niños, en tanto es un entorno fuera de la institución, que les permite la socialización y el intercambio en ambientes naturales y de recreación, y forman parte de un programa de atención integral en este tipo de instituciones en el país y que cuentan, afortunadamente, con la cooperación de diferentes organismos, organizaciones y proyectos sociocomunitarios, a todos los niveles, desde los barrios, las comunidades y hasta los organismos de la administración central del Estado, que brindan un apoyo al trabajo que realizan estas instituciones, adscritas al Ministerio de Educación".

Roque Morales destacó el elevado compromiso con la tarea de quienes trabajan en estas instituciones "que también merecen una distinción y un reconocimiento social por lo que hacen, sin descanso, sin fines de semana y es bien fuerte, pues muchos llegan dañados, con vivencias muy negativas y les cuesta mucho recuperar la confianza en el adulto y en los otros.
"La actividad ha sido muy importante, porque es un espacio de recreación sana para los niños, se han podido divertir, salir de la rutina diaria de la escuela y donde se han sentido felices, compartiendo con nuestros amigos, quienes les han regalado un rato de esparcimiento", comentó Michael Cruz Rodríguez, director del hogar 26, en Kohly.
Su opinión coincide con la de Ana Edilsy Mendoza Blanco, directora del hogar de niños sin amparo familiar del municipio de Boyeros, donde viven 15 menores: "la fiesta fue buena; los niños se divirtieron, disfrutaron, bailaron, todo estuvo muy bien...ellos se pasan la mayoría del tiempo en la escuela y los fines de semana, en el hogar. Hay muchos que no tienen la posibilidad de salir un fin de semana con la familia y este tipo de actividad les ayuda a recrearse, a pasarla bien, a compartir con niños de otros hogares".

Todos cuentan
Son muchos los corazones que se suman a estas acciones. Según declaró Mayra Arevich Marín, ministra de Comunicaciones, "atendemos el barrio en transformación El Fanguito y tenemos una relación importante con todos los proyectos que tienen impacto en el desarrollo local y fundamentalmente, en la parte cultural. Uno de ellos es Cambula, que ha hecho también un trabajo muy bonito con Educación para acercarse a las Casas de niños sin amparo familiar".
"Es realmente impresionante, cuando uno entra aquí y ve tantos niños y piensa: gracias a la Revolución esos niños son felices, están integrados, se sienten bien", dijo y agregó: "que hayan venido tantos artistas, de una manera altruista y desprendida, a hacerlos felices en este tiempo, es para nosotros realmente muy importante y creo que todos los organismos tenemos que estar cerca de estos barrios, mantenernos sistemáticamente trabajando con ellos, apoyándolos en los proyectos".
Para Arevich, la transformación de un barrio no se limita a arreglar las calles, las escuelas, las bodegas, como hemos hecho de conjunto con el Gobierno y todos los factores, sino también de que se haga una transformación espiritual de las personas. "Los proyectos son diversos, pero lo importante es que están abriéndose más a los problemas de la población".

La actriz Yanara Díaz Martínez, de la comunidad creativa Oficio de Isla, que dirige Osvaldo Doimeadiós, encarna a la payasita Melodía, y lleva ya tres años trabajando con Cambula en diferentes comunidades de La Habana, entre ellas, El Fanguito y La Timba. "Me encanta este tipo de trabajo con niños, porque son los que de verdad saben querer, les llega bien el espectáculo, se suman a cada una de las propuestas que hacemos y es un divertimiento total".
Para Angie Castillo Quiñones, de la Red TransCuba, este es un trabajo sumamente importante, "hay que colmarlos con afectos y hacer que estén con otros niños para divertirse y ser felices y esta es la mejor manera de lograrlo". Desde siempre, el Cenesex se ha involucrado en ese proceso como "una de las tareas fundamentales que podemos llevar, porque así garantizamos el futuro de nuestro país y de todos esos niños".
"Hoy no vengo a cantarles canciones románticas", dijo al auditorio el cantante Waldo Mendoza, quien los puso a bailar y, a su vez, se cargó con ellos de nuevas energías. En declaraciones, señaló: "es justo sumarse a una actividad como esta, es algo bien sentido, algo de corazón con estos niños, con quienes me identifico mucho".

"¿Qué decir cuando se trata de un niño?, de cantarle a la niñez, de dedicarle un espacio del tiempo limitado que tenemos, pero hay que hacer el tiempo, porque esa es la oportunidad que te da la vida de darles cariño, de compartir con ellos como como si fueran tus hijos, de sentir con ellos las vibraciones de su alma", dijo y dedicó palabras de elogio a las personas que se encargan de su crianza, quienes se entregan a ellos con amor.
A su vez, consideró: "es un buen espacio al que nosotros como músicos tenemos que sumarnos" y al que los músicos y todo el que tenga sentimientos debemos sumarnos, "sin remuneración económica, pero sí con remuneración al corazón, que es incalculable".

Seguir haciendo
Para Cambula el camino no tiene fin. Según explicó Garriga Pérez, "queremos extendernos, no quedarnos solamente en lo que estamos haciendo ahora".
"Queremos aspirar a mucho más, queremos, por ejemplo, pedir tierra en usufructo y ponerla a producir para apoyar la alimentación de los hogares, una idea que todavía está en proceso". De acuerdo con el director del proyecto, "nosotros tenemos alcance nacional; estamos trabajando primeramente aquí en La Habana ahora, pero nuestra aspiración es extendernos a todo el país".


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