A pesar de la perenne calidez de agosto, el octavo mes del año también puede convertir a la capital en un puente de aire fresco sobre el Caribe, que permita además desde Tribuna de la Habana, festejar los cumpleaños de ilustres caribeños como Nancy Morejon, quien advierte además la presencia del líder Fidel cuando comparte con amigos.

Organizada desde la Asociación Cubana de Naciones Unidas, la festividad para celebrar el aniversario 79 de la intelectual habanera transcurrió entre colegas e integrantes de la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de la Habana, la Casa de las Américas y la Asociación Caribeña, estos últimos con el compromiso de entregar a la poetisa cubana el reconocimiento como miembro de honor de esa entidad cultural, por sus valiosos aportes a la cultura antillana. No obstante, todas las emociones atesoradas por la escritora debido al cariño recibido de los presentes en el homenaje se evidenciaron con la pregunta que logró humedecer sus ojos.

-En la celebración de su cumpleaños, faltando pocos días para festejar la vida del comandante ¿Qué pensamientos le vienen a la mente acerca de Fidel?

-Siempre me sentí honrada por haber nacido con el mismo signo zodiacal del Comandante en Jefe; él es mayor que yo,  pero desde que lo conocí se produjo una empatía extraordinaria que se manifestaba a través del diálogo, diálogo que de alguna manera plasmé en mi poema "Mujer Negra".

“¿Me preguntas del pensamiento que me viene a la mente a la mente en estos momentos acerca de Fidel? Pues que está aquí entre mis amigos, y créeme que cuando cuando me conminaron a pedir un deseo antes de soplar las velas del cake, pedí que él siempre estuviera entre nosotros, y está; que siempre existiera el recuerdo de su voluntad en cualquier parte del mundo, porque si hay algo a tener en cuenta de nuestro líder, es que siempre le dio su lugar a las mujeres, estuvo al lado de ellas e inspiró en general en mucho el camino de la solidaridad”.

La Nancy guerrera, con inflexiones en su voz emocionada, me dio a entender que la pequeña entrevista había terminado, la dejé unirse al grupo con los ojos aún humedecidos, referencia de un lenguaje corporal que pueden captar los humanistas desde la capacidad de advertir -como ella- la presencia del eterno Comandante, al compartir con amigos.

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