Las historias de 23 mujeres cubanas diversas, que desde sus realidades y dolores particulares son reflejo de problemáticas y deudas sociales, que transitan junto a avances y esperanzas, recoge el documental Todos los días son 8 de marzo, del proyecto Palomas. Casa de audiovisuales para el activismo social, presentado a la prensa en el cine Yara de la capital cubana.
Con realización y dirección de Lizette Vila, Ingrid León y Sergio Cabrera, contó con la colaboración del Centro Félix Varela, CARE Internacional, la Embajada de Canadá, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), el Instituto Cubano de Arte Industria Cinematográficos (ICAIC), la Empresa de Grabaciones Musicales (EGREM) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Según destacó en una nota Palomas, este audiovisual, visibiliza las historias de 23 mujeres que desde diversas realidades, asumen sus múltiples conflictos, sus demandas y la reparación necesaria y urgente para edificar una vida digna, y se convierte en ofrenda al Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres.
Este tipo de encuentro con la prensa, agregó, es un ejercicio de capacitación de conocimientos que Palomas ha realizado cada vez que se produce un audiovisual.
En ese sentido, la proyección se acompañó de un panel integrado por la doctora en Ciencias y periodista Dixie Edith Trinquete; la máster en Ciencias Aracely Rodríguez, activista e investigadora del Instituto de Filosofía, y el doctor en Ciencias Yuri Pérez, vicedecano y profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana.
De acuerdo con Trinquete, en el audiovisual “hay un abanico de la dinámica demográfica de este país... con todas sus complejidades, todos los entretelones, los entrecruzamientos y las imperfecciones”.
La doctora en Ciencias y periodista destacó también la altísima heterogeneidad, en cuanto a la manera en que se comportan indicadores sociales, económicos, los lugares dónde viven las personas, las diferencias que hay por edad, por territorio, por sexo y por género, entre otras variables.
A su vez, llamó la atención sobre el hecho de que no hay una mujer cubana única, sino muchas maneras de serlo, como son diversas las problemáticas que atraviesan a esas mujeres y las diversidades se van cruzando unas con otras.
Todos los días son 8 de marzo, consideró, muestra las deudas que persisten, “en términos de equidad e igualdad van atravesando todo el material, o sea, nos están poniendo un retrato del país que somos, un retrato del país que queremos y que necesitamos que sea”.
Si lo miramos con lupa, agregó, ahí están también la baja fecundidad que tiene el país contada en las historias de estas mujeres, la emigración, está la dinámica demográfica.
Para Aracely Rodríguez, esa realidad, diversa, plural y cotidiana, que puede ser las de la familia, la vecina, la abuela de una amiga o alguien en una guagua, que muchas veces, por la velocidad que pone la vida a las mujeres, no nos detenemos a pensar lo que está pasando con nosotras.
Según analizó, en el discurso aparecen una y otras vez palabras que se articulan, entre ellas, dignidad, escudo, silenciamiento, como dolor, esa “dolorización que tenemos las mujeres, que va mucho más allá de las problemáticas que se nos presentan en la vida ya sean mujeres, ese dolor histórico que nos arrastra y que vamos sumándo a través de la vida que de alguna manera nos puede poner en determinados contextos, como ellas, mujeres con situaciones de varios hijos, solas...” que responden a una estadística.
De acuerdo con el doctor en Ciencias Yuri Pérez, vicedecano y profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana, el nuevo audiovisual de Palomas no pretende buscar universalidad, sino que pretende buscar determinadas problemáticas objetivas, que están en la realidad, no tiene una vocación de buscar ni busca culpables, sino soluciones, busca mostrar una realidad que está en diferentes espacios y sectores del país, que está en diferentes ámbitos, instituciones, y dimensiones territoriales del país y que es necesario, urgente e imprescindible en esta búsqueda del estado socialista de derecho y justicia social situación que se está constituyendo, buscar una solución.
Para el jurista, es un documental de demanda, es un documental de exigencia y eso hay que explicarlo porque “se conecta con términos como dignidad y para los juristas la dignidad es un principio, un valor, es un derecho, goza de una triple dimensión y nosotros siempre decimos de que esa dignidad hay que maximizarla en la mayor medida posible” y “cada una de estas historias habla de una arista de la dignidad, se enfoca en la conquista o en la búsqueda de esta dignidad” en la que se enfoca también el proyecto social cubano.
Aunque las historias son diversas, consideró Pérez, el discurso es único, que busca reivindicar determinados derechos que hoy puede ser una conquista formal, pero que indudablemente, a partir de las deudas, las brechas que están todavía en la sociedad, pues persisten.
“Uno de los elementos es que lo muestra tal como son, que no buscan maquillajes forzados, que no es complaciente, es un documental que se enfoca en historias de vida, tristes y complicadas”, pero no derrotadas, sino que hablan de la resiliencia. “Es un documental para la reflexión”.
Según anunció el proyecto Palomas, debido a dificultades técnicas, la presentación a los públicos, prevista para el 25 de marzo próximo, se pospone para una fecha aún por definir.
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