Un homenaje a la investigadora y cineasta Gloria Rolando, a propósito de su aniversario 70 –el próximo 4 de abril-, celebraron este 15 de febrero Casa de las Américas y el Instituto de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC).
En el contexto de la edición 31 de la Feria Internacional del Libro de La Habana, el encuentro Tres décadas de cine, 30 años de amor, reunió en una repleta sala Manuel Galich de Casa de las Américas a cineastas, representantes de la academia, el activismo, la universidad y otros espacios sociales -no solo de La Habana, sino también de Matanzas, Santiago de Cuba y Guantánamo-, que estudian y aprecian la vida y obra de Rolando.
Gloria Rolando agradeció a los organizadores el sentido homenaje, que hizo que estuvieran presentes tanto los protagonistas de sus obras desde la pantalla como muchas otras personas que la han acompañado en su vida y obra.

El panel, que se acompañó de mensajes y presentaciones grabados y enviados desde diferentes lugares y fragmentos de documentales de Gloria, fue conducido por la investigadora Zuleika Romay y estuvo integrado por Susan Lord, estudiosa de la obra de Rolando, de Canadá; Maydis Estrada Bayona, profesora e investigadora; Camila Valdés León, directora del Centro de Estudios del Caribe de Casa de las Américas y Yasmani Castro, director de Masamba Producciones, cineasta, guionista, profesor e investigador, de Santiago de Cuba.
Desde su texto Un árbol de familia a la orilla del mar, cine documental de Glorial Rolando, Camila Valdés León expuso su visión sobre la obra de la cineasta, y consideró su filmografía una “constante construcción de ese árbol de familia, el suyo propio, siempre, y el de aquellos que, en confianza, le abrieron las páginas y le han permitido entrar con ternura en sus costuras. Es el afecto y la intimidad lo que marca su cine documental”.
Desde Estados Unidos, de forma virtual, Devyn Spence se refirió al libro en preparación Rompiendo silencios: un examen crítico de la vida y obra de Gloria Rolando, que analiza los audiovisuales, sus contextos, en una evidente contribución a deconstruir estereotipos relacionados con las imágenes de las mujeres negras de Cuba, que devalúan sus cuerpos.
Para Yasmani Castro, Gloria es como una palma y su carrera en el cine es anterior Oggún, de 1991, pues se remonta al documental La tumba francesa, de Santiago Villafuerte, del que fue guionista.
Castro destacó que Gloria profundizó en elementos como las historias de vidas de familias afrodescendientes y de la cultura popular y cómo Rolando ha dedicado su vida y obra a "trabajar por rescatar esa parte de la historia que ha estado en el ostracismo, ha estado en las esquinas...que no nos cuentan y no nos relatan".
En una profundización sobre la obra de Rolando, la investigadora Susan Lord destacó el uso de la música como archivo y repertorio, así como el empleo de fotografías, procedentes de colecciones privadsd y de la historia pública, desenterradas de los periódicos, así como la amplitud de las temáticas que aborda: problemas epistemológicos y de Cuba y el Caribe, actuaciones rituales etnografías, racismo en el siglo XX encuentros con dislocaciones espaciales y diáspora africana, entre otros.
Maidy Bayona disertó sobre los úteros y maternidades en la poética cinematográfica de Gloria Rolando.
En el encuentro, participantes destacaron la humildad de Rolando y su permanencia en su barrio de siempre, la parte más antigua de la ciudad, que alimenta su obra; elogiaron su labor por visibilizar a personas e historias negras, a la vez que llamaron a continuar defendiendo el legado africano en la cultura e identidad cubanas y aprovechar la existencia de un Programa nacional por la eliminación del racismo y la discriminación para visibilizar con equidad y respeto en los medios de comunicación a las personas de descendencia africana. Al respecto, la doctora Gisela Arandia, quien consideró que el cine de Gloria Rolando representa nada más y nada menos que la reivindicación de una identidad cubana ocultada y estereotipada, hizo un reclamo al cine y a la televisión a que pongan imágenes que expresen la sociedad y la realidad.
Procedentes desde varias partes del país, como Guantánamo y Camagüey, asistentes agradecieron a Gloria por haber visibilizado sus realidades, hacer llegado a espacios intrincados en la búsqueda de las historias y destacaron lo acertado de realizarle el homenaje.

Gloria Rolando, nacida en La Habana en 1953 es una directora de cine, investigadora, guionista y productora cubana, catalogada como una de las cineastas más activas en el campo del cine documental en Cuba.
Graduada de Historia del Arte en la Universidad de La Habana, acumula en su carrera de 30 años obras como Oggún: un eterno presente (documental, 1991); Los hijos de Baraguá (1996, documental); Los ojos del arcoíris (1997, documental); El alacrán (2000, documental en Televisión Latina); Las raíces de mi corazón (2001, documental); Los Marqueses de Atarés (2003, documental en Televisión Latina); Nosotros y el jazz (2004, documental); Pasajes del corazón y la memoria (2007, documental); 1912, voces para un silencio (documental, 2010).
Ver además:
Biblioteca Nacional: Homenajean a Araceli García Carranza en encuentro bibliotecológico