Este 13 de agosto se cumplieron 96 años del natalicio del Líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel  Castro Ruz. Para Roberto Salas Merino, reconocido fotógrafo cubano, a sus 81 años, todavía se mantiene  fresca en su memoria la entrañable relación profesional y de amistad que, desde muy joven, lo acercó
al Comandante en Jefe a quien retrató con su cámara en múltiples acontecimientos importantes de la Revolución; al igual que otros destacados fotógrafos cubanos como su padre Osvaldo Salas, Alberto Díaz (Korda), Raúl Corrales, Liborio Noval, entre otros.

Para conocer el testimonio de cómo recuerda Salas a Fidel y lo que los unió, Tribuna de la Habana conversó
con el destacado artista de las artes visuales, quien nos comentó:

“Todavía mantengo latente el recuerdo del líder como si aún compartiera con él. Me siento agradecido y con un infinito privilegio de haberlo conocido tempranamente hacia 1955, y su personalidad me marcó desde esos primeros momentos en que Fidel se encontraba en New York participando en diferentes actos de recaudación de fondos del Movimiento 26 de Julio en esa ciudad, con vista a financiar la lucha  revolucionaria en la Isla contra la tiranía de Fulgencio Batista.

“Lo recuerdo con su alta capacidad de trabajo, lector empedernido, memoria envidiable, estadista de largo alcance, un hombre incansable que no tenía horarios; lo veía solitario en el sentido reflexivo, y eso lo reflejan muchas de mis imágenes; una personalidad con la cual me sentía a gusto para realizar mi trabajo, y lo hice desde los primeros años de la Revolución con sólo 18 años en la que compartí importantes momentos, desde los primeros viajes que él realizara a diferentes países de América Latina, hasta acompañarlo en horas de la madrugada en su despacho, o recibiendo personalidades como Oliver Stone, Kevin Costner, y en las tribunas antimperialistas.

En su despacho, “lo veía solitario en el sentido reflexivo”. Foto: Roberto Salas

“Eso me permitió que las fotografías que conservo de Fidel, estén en el centro de mi obra, convirtiéndose en recuerdo perpetuo, con mi cámara, mi fiel cómplice de tantos encuentros memorables. Pienso que él se sintió siempre cómodo con mi presencia y yo de trabajar junto a él.

“Pudiera contar muchas anécdotas de las imágenes que le realicé. Entre las más conocidas y la fotografía
que particularmente más me gusta está: “Enero, 1959.” retrato de Fidel y el Che en el Palacio Presidencial, envueltos en una atmósfera casi mística, en la que los rostros de ambos se observan iluminados por la luz del
fósforo con el que enciende Fidel su tabaco.

Salas muestra la foto icónica que le realizara a Fidel. Foto: Cortesía de Roberto Salas

“En varios intentos por encenderlo, en esos instantes vi una oportunidad. Cada vez que él prendía un fósforo, el destello iluminaba no solo su rostro sino también el del Che. A falta de tener un trípode, descansé mi cámara Leica sobre la mesa. Calculé el tiempo necesario de obturación y enfoqué. Esperé el momento en que Fidel encendiera un nuevo fósforo y mantuve presionado el botón dando el tiempo sufi ciente para grabar la escena, y así logré esa foto.

“Así lo evoco a través de las fotografías que pude realizarle, eternizando su imagen, este es el Fidel que
siempre estará presente para mí”.

Fidel en su viaje a Venezuela. Foto: Roberto Salas

Ver además: 

El de verdad