Aunque esta vez en un escenario virtual, la segunda presentación del libro Girón: manos tras la cabeza no pudo ser más oportuna por el hecho de que casi coincide con el aniversario 60 de primera gran derrota militar de Estados Unidos en América.

Uno de sus autores, el Teniente coronel (r) José Ángel Gárciga Blanco, ofreció detalles sobre su exposición, efectuada en el Centro Nacional de Escuelas de Arte de Cuba, ubicada en el municipio capitalino de Playa, donde dirige la red de 64 planteles existentes en el país.

En el texto se explica de manera minuciosa acerca de la detención y procesamiento de los mercenarios prisioneros tras la batalla que duró menos de 72 horas, señala Gárciga Blanco, quien acompaña en su redacción al General de División (r) Antonio Enrique Lussón Battle, también Héroe de la República de Cuba e impreso por la Editorial Verde Olivo.

Narra no solo los riesgos de los combatientes en la persecución y captura de los invasores, detalles de sus declaraciones y la indemnización exigida por el Gobierno cubano al de Estados Unidos, los acuerdos adoptados al respecto, y cómo al final propusieron el regreso de sus prisioneros a Estados Unidos.

Añade que cuando alguien piensa que se ha escrito o leído todo sobre la invasión organizada por el imperialismo norteamericano a Cuba en abril de 1961, aparece este nuevo volumen, presentado por primera vez el 29 de marzo de 2017 en el programa Caguairán, en la Sala Caturla, de la Biblioteca Provincial José Martí, de Villa Clara.

Menciona declaraciones de Lussón Battle, testigo directo y activo de esa parte de la historia de Cuba, quien refiere la importancia de tratar el tema para conocimiento de las nuevas generaciones sobre cómo se realizaron las operaciones para apresar a los invasores, una tarea que duró por lo menos un mes.

Recuerda que al frente de un batallón de hombres, responsabilidad que le dio el entonces Capitán José Ramón Fernández, Lussón Battle se lanzó a la captura de los mercenarios desperdigados por la geografía de la Ciénaga de Zapata y que luego los trasladaron hacia La Habana para su enjuiciamiento.

Manifiesta el orgullo de su colega de haber tenido la suerte de que el Comandante en Jefe Fidel Castro, a quien dedicaron el texto por su cumpleaños 90, revisara en detalle el proyecto de libro e hiciera sugerencias que enriquecieron el producto final. Gárciga Blanco refiere cómo el máximo líder de la Revolución Cubana, desde antes de concluir los enfrentamientos, ya trazaba planes y orientaciones para la posterior captura de los invasores, quienes sumaron más de 1200.

Estamos acostumbrados a la excepcional capacidad de Fidel para prever el curso y desenlace de los acontecimientos políticos y militares, pero es asombroso que, desde el preámbulo de la batalla, tuviera la firme convicción de una rápida victoria y diera indicaciones para la captura de un enemigo al que la vaticinaba un intento de escape, coincidieron ambos autores en el texto.

Aún resuenan en ese sentido las palabras del Comandante en Jefe, cuando precisó que nuestro pueblo no es un pueblo vengativo, ni es un pueblo que albergue odio.

Si fuese un pueblo vengativo los hombres que vieron caer a sus compañeros muertos por los aviones yanquis, y por la metralla yanqui no los habrían recibido con una cantimplora de agua, ni con un plato de comida, cuando ustedes se rindieron a ellos, lo que nosotros hacemos es cuestión de nuestra moral y cuestión de nuestros principios.

El Teniente coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, José Ángel Gárciga Blanco, tiene 21 libros escritos y varios en preparación sobre los más disimiles temas, entre ellos lucha clandestina e insurreccional en Cuba e internacionalismo en la República Popular de Angola.

Nacido 1948 en Florida, Camagüey, cumplió misión internacionalista en ese país africano en tres ocasiones, en dos de ellas como ayudante del ya fallecido General de División Raúl Menéndez Tomasevich.

Su Unidad Militar estuvo a punto de capturar a Jonas Savimbi, líder contrarrevolucionario y agente de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, quien desencadenó una guerra civil devastadora contra el Movimiento Popular para la Liberación de Angola y murió en 2002.

Gárciga Blanco integró en 1972 la Brigada de Constructores Seguidores de Camilo y Che, surgida por indicaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) para construir, durante tres años, escuelas secundarias básicas en la entonces Isla de Pinos.

El colectivo estuvo conformado por técnicos, especialistas, obreros, profesionales, artistas y actores, y un año después, el tres de agosto de 1973, se incorporó a la Brigada Independiente del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) hasta terminar su misión en 1975.

(Tomado de ACN)

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