He escuchado su nombre y de su trabajo en muchas ocasiones, sobre todo, al convocársele por ser una de las personas de necesaria presencia a la inauguración de una exposición de artes visuales.

Alain Cabrera (La Habana, 1980) es un joven editor de libros, catálogos y de la revista de la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana. Mayormente conocido por la edición de la Revista de Arte Cubano, tarea que ha desarrollado por más de una década, también destaca por su dote de investigador, fotógrafo y crítico de arte. Cuando la creación nos hizo coincidir, no quise perder la oportunidad de la entrevista.

Fotógrafo, curador, crítico de arte y editor de la Revista de Arte Cubano

- Aprendiz de todo y maestro de nada. Creo que soy solo un poco de cada cosa, muchas aprendidas sobre la marcha, es decir, sobre la base de la Historia del Arte. En esa carrera no se forman curadores propiamente dichos, o para que ejerzan la crítica de arte, mucho menos la edición de una revista especializada, etcétera.

"Sí se brindan todas las “claves” posibles para contribuir al despertar de un “pensamiento crítico”, que luego se adecua a distintos intereses, o de acuerdo a la profesión que se ejerza. Ese es el punto de quiebre. El eje que aglutina todas las relaciones posibles. Con sus aciertos, sus lagunas y el consecuente margen de error que siempre estará implícito porque todo comienza a raíz de una apreciación subjetiva que más adelante intenta moldearse".

Creo que toda persona se define a sí misma de alguna manera, ¿cómo te defines tú?

- Tal vez el punto no es cómo se define uno, sino cómo es definido por los otros. Al final son los demás quienes determinan en cuál plano ubicar a alguien. Claro, uno contribuye mucho con sus ideas, sus hechos, sus producciones, que parten desde el sentirse a gusto consigo mismo, para que después el resto valore y categorice. De cualquier modo, esta entrevista es un aporte para las definiciones.

Siempre digo que todo historiador del arte tiene el alma de un artista. ¿Por qué elegiste la fotografía?

- En algún momento de mi etapa de estudiante escuché que todo historiador del arte es un artista frustrado. En mi caso, aunque de niño me gustaba dibujar y participé en uno que otro concurso, no tuve instrucciones iniciales sobre la plástica. Nada de líneas, formas o combinación de colores. No cursé talleres ni conocí artistas que me marcaran. Tampoco hice mucho hincapié, en realidad.

"Antes de comenzar en la Universidad de La Habana ya hacía fotografías con una cámara analógica –recuerdo que era una ZENIT E–, pero más bien fue como un hobby, entusiasmado junto con otros amigos que, bajo influencias de terceros, nos adentrábamos en la magia de “dibujar con la luz” y de experimentar en el cuarto oscuro cómo nace de un papel fotosensible, la imagen de una escena que has capturado, sin mucha maña en el juego que debe existir entre el enfoque, el diafragma y la velocidad. Luego fui leyendo libros básicos sobre técnica, encuadre, composición…

"La carrera de Historia del Arte también fue una suerte tremenda porque sus asignaturas proporcionan un background sustancial que, llevados al campo fotográfico, te dan una formación bastante sólida. Desde Fundamentos de las formas, impartida por Oscar Morriña, los distintos semestres de Arte (partiendo del rupestre en el paleolítico superior hasta el contemporáneo y postmoderno), Estética, Teoría de la Cultura, Cine y demás, si bien son elementales debido al programa de estudios, te muestran los caminos para construir un discurso coherente, lo que puedes definir como un concepto en el que se sustenta tu obra. Así se buscan equilibrios donde puede faltar algo, o no estar del todo correcto, pero a su vez, se fortalecen otras zonas de la creación.

"También me he apoyado mucho en las imágenes que veo en cualquier soporte, fijas y en movimiento. En revistas, series, películas, un video clip, un documental. Son fuentes de inspiración y material de estudio. Eso siempre lo recomiendo. Ver, cuestionar y analizar todo lo posible".

Llama la atención tu incursión en varias actividades. ¿Crees que exista una relación obligatoria entre todas?

- Claro, es como te decía. Un poco de todo influye en la integralidad. Cada disciplina remite directamente a las demás. Para mí se crea un vínculo indisoluble. Por ejemplo, la edición de una publicación de artes visuales es un ejercicio que guarda estrecha correspondencia con la curaduría –hay quien categoriza esto como el desempeño del editor-curador, por todo lo que conlleva estructurar un número (temático), encargar los textos que se ajusten, establecer un orden de contenidos y complementar con una selección de imágenes que intervengan de forma eficiente en el diseño. Buenas imágenes que, debidamente utilizadas, resalten la estructura de un artículo y distingan cada página por analogía o por contraste.

"Al mismo tiempo la lectura de los textos recibidos, sobre todo de los más analíticos, remite directamente al ejercicio de la crítica, tanto para argumentar como para discrepar y poner en tela de juicio nuevos razonamientos. Al final, todo ello se convierte en un boomerang, pues retorna (retroalimenta) y se transmuta en nuevas series y proyectos".

Foto: Cortesía del entrevistado

Como crítico de arte, ¿cuál es tu criterio de selección para escribir o documentar visualmente una exposición? ¿Qué buscas o necesitas de ella?

- La documentación visual de las obras que integran una exposición, de su despliegue museográfico en un espacio físico, generalmente responde a un esquema promocional y/o comercial del artista, el curador, el equipo de una galería. Las fotografías óptimas son necesarias para dejar testimonio a través de un catálogo, para colgarlas en un sitio web, en las redes sociales, para enviarlas a determinados grupos de personas interesadas. Bajo este argumento deben ser fieles reproductoras de la realidad. Aquí yo no elijo cuál exposición fotografiar, sencillamente asumo el trabajo para ilustrar un artículo, para una galería o para un artista. Al final los eventos pasan, las obras regresan a sus lugares de origen o encuentran nuevos dueños, pero las imágenes permanecen como salvaguarda de la memoria.

"Ahora, en cuanto a la crítica es diferente. Al menos yo no escribo tan a menudo sobre un tema, una producción reciente, una muestra personal o colectiva –aunque me vea como un observador 'pasivo' sin emitir juicios, que de seguro me hago–, no es esa necesidad extrema de darlas a conocer, de provocar reacciones, de desdecir o de reafirmar un tema, cosa que en realidad admiro de quienes escriben y publican constantemente.

"Quizás sea que el multidesempeño conlleva un tiempo precioso y que me gusta tener todos los sentidos puestos en función de una cosa a la vez. Mientras, las ideas siguen apareciendo y quedan archivadas hasta que les toque su turno. Eso es lo que pasa a la hora de sentarme a escribir, debo dejar todo lo demás y, sin perder el control, me concentro sólo en ese ejercicio para tener un total dominio del asunto. En pocas palabras, escribo por motivaciones, cuando considero que es tiempo de hacerlo, incluso si pienso que con ello aporto algo".

¿Qué te interesa de la investigación fotográfica, y cómo lo llevas a tu obra?

- Hace años que me decidí a investigar sobre la fotografía y ello se refleja en el resto de mi trabajo. Cuando te mencionaba lo de las motivaciones que me llevan a escribir, esto se traduce en que la mayoría de mis textos tienen que ver de cierta forma con la manifestación: palabras para catálogos, reseñas de algunas muestras, monográficos, historiografías, análisis formales y conceptuales, que se perciben en la fotografía contemporánea como algo novedoso, pero no son más que resemantizaciones, lo que no infiere que las actuales no sean propuestas atrayentes cargadas de significados más a tono con el presente inmediato.

"Ahí entra la definición de 'fotografía procesual' como ente que aglutina una vasta y heterogénea visualidad, resultado de procesos manuales y tecnológicos que vienen de otras ramas del saber y de la Ciencia, y que se imbrican a la disciplina con fines artísticos.

"Las curadurías también se insertan en el orden simbólico-práctico de una investigación. Se trabaja a partir de una idea a la cual se va dando forma. Mis proyectos se encaminan en gran medida a reconocer lo que se gesta ahora mismo en el amplio universo de la fotografía para ubicarlo más tarde según convenga, ya por asociaciones de estilos, géneros, procederes habituales de realización, o para destacar que existe una pluralidad inmensa.

"Algunas curadurías surgen con artistas y obras ya definidos con los que me interesa trabajar mientras en otras, como la más reciente edición del International Photo Project (IPP), lancé una convocatoria a través de mis perfiles de Instagram y Facebook –compartida por amigos, instituciones, grupos–, para recibir dossiers que me permitieran hacer una selección más democrática de 10 artistas; la mayoría de ellos desconocidos para mí hasta ese instante. El tema que los une es la “identidad” en el sentido más abarcador de la palabra. Los otros portfolios acogidos conforman un provechoso banco de imágenes con vistas a futuros propósitos.

"Por último, todo esto repercute invariablemente en mi obra personal, como parte del gremio fotográfico contemporáneo. Me gusta experimentar sobre las fotografías, intervenirlas de cualquier manera con diversos materiales y elementos. Llegar a convertirlas en objetos que transgredan los modos tradicionales de exhibición. Constantemente romper las reglas".

¿Qué crees que te falta por encontrar como fotógrafo?

- No diría que me falta algo por encontrar, porque siempre hay necesidad de aprender. Sé que puedo tener muchas carencias de conocimientos, sobre todo en los aspectos más técnicos, las que intento vivificar entonces apelando a mis herramientas de uso cotidiano, esas que han aportado en mi formación. Ante todo, lograr una imagen que me convenza desde lo estético y que responda a las ideas que pretendo expresar, esas ideas van tomando cuerpo a partir del discurso que se les atribuye. Lo demás ya depende del público y de los especialistas.

¿Qué fotografía te gustaría tomar y no has encontrado?

- Pienso que eso es relativo. Casi nunca me propongo tomar una fotografía por azar. Rara vez ando cámara en mano en busca del “instante decisivo”. Si lo hago es porque me esbozo una idea de lo que puedo encontrar. Te explico, si estoy por el malecón seguro hallaré pescadores, personas corriendo, parejas sentadas en el muro y tal vez algunos muchachos bañándose. Si surge de pronto un evento inusual y lo capturo, perfecto. Si no sucede nada eso, tampoco me afecta.

"Me encanta ver las imágenes que captan ese tipo de escenas y aplaudo a sus autores. No te menciono nombres porque son muchísimos y no quisiera obviar a ninguno. Los hay quienes viven para descubrir instantáneas así, cultores de esa fotografía callejera, variante de la documental. Pero, si quiero obtener la foto que me permita concretar mi idea la tomo del natural o la recreo en un exterior, un lugar íntimo, mediante un procesador de imágenes... Acaso ya la hice y no me he percatado".

La pregunta necesaria: ¿de qué manera ha influenciado en tu carrera esta situación pandémica?

- Es paradójico. Cuando comenzaron a aparecer los primeros casos de COVID-19 autóctonos y pasamos al confinamiento obligatorio, creo que todos albergamos ciertos temores, no sabíamos cómo se desarrollaría la situación, ni cuan preparados estaríamos para enfrentarla. No es que hasta ahora las condiciones hayan variado mucho, pero al menos hemos pasado el período de adaptación.

"Al principio uno se bloquea pues los ritmos de vida cambian, acto seguido llegan las respuestas, las soluciones, las alternativas. El buen uso de las redes sociales y las “bondades de Internet” facilitan sin dudas el trabajo promocional, estimulan la publicación de la crítica de arte inmediata y motivan nuevas acciones curatoriales.

"El 2020 me sorprendió con un poco de cada cosa, inclusión en exposiciones online, la responsabilidad de organizar la sección cubana de los artistas que estarán en IPP (evento que podrá apreciarse desde su sitio web oficial), trabajo a distancia, puesta en marcha de nuevas obras. Te decía que es paradójico porque una pandemia, con toda su carga negativa, también nos abrió múltiples horizontes creativos".

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