El arte tiene sus misterios. Viene de una zona lejana, donde se cruzan muchos caminos en una extraña ecuación de vida, recuerdos, sueños, experiencias, emociones, anhelos, sentimientos y, sobre todo, verdades que quieren salir al exterior matizadas por el alma de quien lo siente…
En el aniversario 168 del natalicio de un gran hombre, cubano, latinoamericano y universal, nuestro Héroe Nacional José Martí, vuelve su imagen de la mano de la muy joven e imaginativa artista Pilar de la Caridad Pérez Medina, aún estudiante del tercer año de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, donde convergen ideas, acciones y realidades que traspasan el tiempo, el espacio, para devenir símbolo en el decursar de una Isla heroica que flota en el mar Caribe…
Y cada 28 de enero, día de fiesta para la nación cubana porque es luz, alegría, jornada sonora donde transpiran los himnos para saludar el instante en que la Patria acogió a su hijo mayor –en todos los sentidos de la palabra–, se hace fuente de donde todos debemos beber. Porque con su vida marcó la historia, no solo de su tiempo, sino del futuro…
Como una combinación de alto vuelo imaginativo/estético/histórico, la inspiración fluye con vasos comunicantes por esta tierra. Y Pilar, quien en su corta existencia ha dejado algunas piezas innovadoras, cada año, en su estancia en San Alejandro, como Alzheimer (participó en la muestra La nube, durante la XIII Bienal de La Habana en la Academia donde estudia) y Ariadna y Teseo –creada en vidrio–, que despertaron la imaginación del espectador, ahora extrae del tiempo otro instante, que con la magia de un haz de luz realiza el milagro.
Pasea con su talento, armada de recuerdos y verdades que construyen puentes. Una caja negra –que nos remite a aquellos visores donde se colocaban diapositivas de imágenes fotográficas transparentes que buscaban la luz para poder observarlas– ahora se transforma en tesoro que guarda una mirada simbólica que, luz mediante, enfoca dos almas gemelas…
La joven y creativa Pilar, resume en su acto artístico, la Historia y la Cultura cubanas como símbolo de la Patria.

El aparente sencillo objeto fue confeccionado en PVC, con una lámina de acrílico negro (base de la singular pieza que, en el interior, muestra las fotografías sobre cristal), en coordinación con la Oficina del Historiador y próximamente ocupará un espacio en la casa museo del Apóstol, en La Habana Vieja. La pieza deviene cofre –magia del arte y la luz– donde se enfoca la imagen de Fidel, y dentro de ella surge, entonces, la del Maestro, que la joven artista entrega como símbolo, continuación de una idea que sobrevive y eterniza a través de los años.
Su mensaje tiene una inmensa profundidad que desafía el tiempo, a pesar de las escasas palabras que lo esculpen como idea en plural: Martí no murió. Vive en nosotros, y se multiplica.
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Excelente obra. El Consejo de Dirección de la Academia San Alejandro y su Claustro felicitan a, la estudiante Pilar de la Caridad Pérez Medina, por su novedosa obra y entrega. #ElArteDeEnseñarElArte @CNEArtCuba
Buen homenaje al maestro con la mirada de la joven artista de la plástica Pilar Pérez Medina, que va por el camino de éxito y enalteciendo la Cultura Cubana.
Esa es nuestra juventud, felicidades mi niña hermosa es una bella obra.