En la mayoría de los casos, en los más auténticos, las obras de un artista describen estrictamente la esencia de su profundo ser. Es el caso de Bloom, exposición personal de Alejandro Jurado, un joven que desde la abstracción dialoga con su universo personal, nos deja pistas de historias de vida, comparte una parte de sí. No representa en ningún caso una renunciación o una entrega absoluta.

Foto: Miguel Moret

Jurado toma cristales y otros materiales para completar cada pieza que en sí misma puede ser apreciada individual o juntar varias y funcionar en colectivo. Bloom reúne dos muestras del creador: Caleidoscopio y Crystalized, bajo la curaduría de Michael Simpson en la sala Cernuda del Centro Hispanoamericano de Cultura, donde se podrá apreciar hasta Enero del 2021. Obras que confluyen en la sensibilidad y la sinfónica paleta emocional de Alejandro, saltando desde el acrílico y el lienzo.

Foto: Miguel Moret

Según cuenta su autor, ante cada pieza encontramos música, cine y todo lo que de su imaginario vistió los pinceles para continuar creando, incluso durante los días de confinamiento; sobre todo en aquellas fatídicas horas en las que creó compulsivamente.

Foto: Miguel Moret

Cada pieza de Bloom es una interrogante para el espectador, una invitación, páginas de la autobiografía de un joven y prometedor artista visual. Sin pretensiones de fácil lectura, queriendo explorar, abrir la conversación a partir de vivencias, la exposición invita a mantener la mirada fija, buscar en los detalles la inmensidad del alma humana.

Foto: Miguel Moret

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