Desde 2009, cada 17 de octubre se celebra en Cuba el Día Nacional del Instructor de Lengua de Señas Cubana (LSC), fecha dedicada a reconocer la labor de quienes, desde su experiencia como personas sordas, lideran procesos educativos, promueven la lengua de señas y fortalecen la identidad cultural de la comunidad sorda.

Estos profesionales, formados con rigor y en muchos casos miembros activos de la comunidad sorda, se convierten en referentes auténticos tanto en lo lingüístico como en lo cultural. Su rol es fundamental como modelos de identidad y como impulsores de una sociedad más equitativa y accesible.

La conmemoración anual no solo visibiliza su aporte, sino que también reafirma su posición como figuras clave dentro de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC) y en instituciones dedicadas a la educación de personas con discapacidad auditiva.

Este año, la jornada incluyó un taller nacional de actualización profesional, centrado en las acciones para implementar el Decreto Ley 94. Esta normativa reconoce oficialmente la LSC como idioma de la comunidad sorda, lo que refuerza el papel de los instructores en la ejecución de políticas inclusivas.

Su misión va más allá de la enseñanza: son promotores del entendimiento mutuo entre personas sordas, sus familias, docentes y la sociedad en general. Fomentan una comunicación inclusiva y actúan como puentes hacia el conocimiento, la educación y los servicios públicos.

Los instructores de LSC son artífices de una sociedad más justa y accesible. Foto: Cortesía de la ANSOC

Asimismo, su labor tiene un profundo impacto social, al contribuir a la concientización sobre los derechos de las personas con discapacidad auditiva y al fortalecimiento de una cultura rica, viva y empoderada.

El día del instructor de LSC surge como parte de las acciones emprendidas de manera conjunta entre la ANSOC y la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, a fin de garantizar la enseñanza y promoción de los valores socioculturales, lingüísticos y didácticos de la LSC, que es la lengua nativa, natural y elemento cultural más significativo e identitario de las personas sordas.

“Se escoge este día, por considerarse el primero en que una persona sorda impartió una sesión de nuestra lengua de forma empírica”, recordó la vicepresidenta nacional de la ANSOC, Miriam Meneses, quien resaltó cuánto de complejo y significativo es el quehacer de los más de 80 instructores que hoy laboran al servicio de la asociación y en Educación.

Desde la dirección nacional de ANSOC se extiende una cálida felicitación a tan incansables defensores de la inclusión, pilares fundamentales del desarrollo cultural y humano en la sociedad.

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