Representantes del mundo empresarial, la prensa especializada y amantea de los puros cubanos asistieron hoy a uno de los espacios más gustados del Festival del Habano, la visita a las fábricas donde se tuercen a mano los puros cubanos.

Esta vez, esas visitas tuvieron un valor añadido, las fábricas acogieron la clase de torcidos que con anterioridad se realizaba en plenario, en el Palacio de Convenciones.

En la Empresa de Trabajo Torcido José Martí-H'Upmann, su directora general, Isbel García Fernández, relató acerca de los orígenes de ese sello: Herman Upmann fue un banquero alemán cuya afición por los habanos le llevó a establecerse en La Habana en 1840 y fundar un banco y una fábrica de Habanos en la capital cubana en 1844.

Ya no están ni el banco ni Herman, pero su apellido y la marca de tabaco se mantienen. Con el tiempo, el banco cerró, pero su marca de puros perdura hasta hoy como una las más emblemáticas de las que se tuercen a mano, como ocurría en los inicios.

Foto: Raquel Sierra

De acuerdo con la directora, en 2023, la industria, casas matrices de las marcas H'Upmann y Montecristo, no pudo cumplir sus planes debido a múltiples causas; en 2024, se acercaron más a ese cumplimiento, pero quedaron también por debajo. Este año, con la introducción en septiembre pasado de los paneles solares, están en mejores condiciones para lograr torcer los 2 millones 100 mil puros planificados.

La fábrica cuenta para ello con 296 trabajadores, de ellos, 100 torcedores, y 73 estudiantes en diferentes etapas de su capacitación, 35 de ellos vinculados y el resto en fases iniciales teóricas.

Acerca del control de calidad, la directora destacó que la producción de los tabacos torcidos es un proceso continuo y desde el área de preparación de la materia prima hasta el embalaje, todas tienen su control de la calidad.

Foto: Raquel Sierra
Foto: Raquel Sierra

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