La mujer en Cuba siempre tuvo un rol destacado en la lucha por la emancipación, se le vió presente en las gestas independentistas del 1868 y 1895 contra el colonialismo español, en las luchas obreras y populares contra los gobiernos de turno durante décadas de república mediatizada, y en la epopeya de la Sierra Maestra durante los años 50 del pasado siglo, frente a la dictadura de Fulgencio Batista.

En el Movimiento 26 de Julio y junto al Ejército Rebelde se hizo sentir su accionar y contaron con la confianza y el apoyo del máximo líder de la Revolución, Fidel Castro, quien el 4 de septiembre de 1958 en la Comandancia de La Plata, enfrentó todo signo de discriminación de las féminas, fundando el pelotón de combate Mariana Grajales, conocido por Las Marianas, que pasó a ser la primera fuerza regular del país compuesta solo por mujeres.

El Comandante en Jefe en su alegato a La Historia Me Absolverá en 1953 se refirió al coraje y determinación de las cubanas al señalar; “Si el Moncada hubiera caído en nuestras manos, hasta las mujeres de Santiago hubieran empuñado las armas... Nunca fue puesto en lugar tan alto el heroísmo y dignidad de la mujer cubana.”

Fidel siempre consideró a las féminas como una importante e invencible fuerza política, pero también militar, las concibió una Revolución dentro de la Revolución. Con esa visión, luego del triunfo del Primero de Enero de 1959 ellas asumieron múltiples desafíos y fueron multiplicándose con una decisiva participación en cada una de las batalla en defensa de la soberanía nacional, el desarrollo de proyectos sociales y económicos priorizados, así como en el rescate y salvaguarda de los recursos del país frente a la expoliación y las ambiciones de añejas oligarquías, al servicio de intereses foráneos.

En estos años de duro bregar han estado en toda trinchera de combate que ha precisado la Revolución, agradeciendo al proceso emancipador, su dignificación. La creación de la Federación de Mujeres Cubanas el 23 de agosto de 1960 con la heroina Vilma Espín como Presidenta contribuyó además, a la inserción de las jóvenes a la organización de avanzada femenina, impulsando políticas públicas, de inclusión y empuje de sus posibilidades laborales y educativas.

Con la victoria del proceso revolucionario surgieron legislaciones encaminadas a mejor planificación familiar, el Código de la Niñez y la Juventud, el de Familia, y el más avanzado conocido hasta el momento que derogó el anterior de 1975 e implica a todos los tipos de familias, y establece igualdad jurídica y de protección para todas las partes, denominado Código de las Familias. A ello se suman otras leyes que favorecen a las féminas como la de Maternidad orientada a beneficiar a las madres y sus bebés.

En Cuba las mujeres representan un alto porcentaje de los trabajadores del sector de las Ciencias, la Educación, Salud, y demás ramas de la economía, incluyendo otras estructuras sociales, políticas, del Poder Popular, y también las nuevas formas de gestión económicas donde están presentes. Son además colaboradoras internacionalistas y están prestas a ofrecer sus conocimientos a otras naciones que lo precisen.

José Martí, el Apóstol de la independencia, hombre visionario y de profundo sentido humanista y patriótico, también se refirió a la importancia de la mujer en la sociedad y reflejó en sus obras completas varias frases en su honor, entre las que se encuentran; “En los Andes puede estar el pedestal de nuestra libertad, pero el corazón de nuestra libertad está en nuestras mujeres”, “Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ella no se alista el corazón de la mujer; pero cuando se estremece y ayuda, cuando la mujer, tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible.”

A pesar de haber vivido diferentes centurias, Fidel y Martí, dos gigantes de la historia de Cuba, tuvieron siempre confianza en la capacidad, habilidad y potencialidad de las mujeres para asumir cualquier reto y vencer todo desafío.

Y en la Mayor de las Antillas queda patentado que resultaría imposible alcanzar la sostenibilidad económica, actualizar el modelo socialista y enfrentar con sapiencia, innovación y creatividad, el criminal y recrudecido bloqueo, (impuesto por más de sesenta años por el gobierno de los Estados Unidos), si en ese objetivo de resistencia y victoria no estuvieran incorporadas e implicadas las mujeres cubanas. Ellas son símbolo de sacrificio y lealtad a la Patria.

Foto: Yaciel Peña de la Peña

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