Las maniobras anticubanas que en el viejo continente intentan silenciar la voz de la verdadera sociedad civil de Cuba y aislar a la Isla durante la Cumbre CELAC-Europa están destinadas una vez más al fracaso.
De manera airada los personajes intoxicados de odio que desde Miami y países europeos hacen lobby contra la Isla distorsionando la realidad y empleando falacias y reiterados fake news tienen el objetivo de empañar los vínculos entre ambos bloques integracionistas, concebido con propósitos nobles orientados en condiciones, de igual a igual, fomentar relaciones económicas- comerciales y financieras en beneficio de las naciones que lo integran.
Esos entes serviles a intereses contrarrevolucionarios desconocen la voluntad de colaboración y espíritu solidario del pueblo cubano. La Mayor de las Antillas es ejemplo ante la comunidad internacional por su política de ayuda a los más necesitados con envío de médicos y maestros, no armas y bombas para matar como suelen ofrecer otros estados llamados “paladines de los derechos humanos y la democracia”, actitudes cínicas y de doble moral que todavía pululan en el “civilizado mundo occidental”.
Medios de comunicación parcializados con las políticas de la Casa Blanca se hacen eco de las patrañas y los pretextos para difamar a la nación caribeña. Estos agentes de la desinformación omiten la verdad de la situación en sus propios países, y de Cuba no publican las carencias y los cuantiosos daños de lesa humanidad que provoca el criminal y recrudecido bloqueo con absurdas 243 medidas añadidas por el ex dignatario Donald Trump y continuadas por el actual presidente Joe Biden, lo cual además resulta aún más aberrante al incluir a la Isla ( víctima histórica del terrorismo desde la Florida) en una espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.
Intentan ignorar también que la Sociedad Civil cubana está conformada por la representación de todos los sectores socio-económicos y religiosos del país. Tienen una amplia participación en cada una de las estructuras existentes las organizaciones no gubernamentales, sindicales, estudiantiles, culturales, académicas, la diversidad de cultos y prácticas religiosas, empresarios y emprendedores, etc, quienes conocen las peculiaridades de la vida cotidiana, tanto las penurias como los logros alcanzados, y también contribuyen a cambiar todo aquello que debe ser mejorado y perfeccionado, premisa esencial de la actualización del modelo económico cubano.
No olvidar que en las circunstancias más complejas de la pandemia de Covid-19, Washington obstaculizó el envío inmediato de recursos imprescindibles para aliviar las consecuencias del virus, entre ellos oxígeno, vacunas y otros medios de control sanitario.
Sin embargo, los científicos cubanos mancomunadamente con el pueblo y la real sociedad civil en su conjunto potenciaron tratamientos y vacunas propias para mejorar la Salud humana y evitar más fallecidos por la letal enfermedad.
Mientras, los sicarios ultrareaccionarios de Miami, los mismos de ahora, se dedicaron a través de las redes sociales a promover violencia y estallidos sociales, hasta llegar a solicitar como fervientes antipatriotas intervenciones militares, en vez de mostrar sensibilidad humana ante una pandemia tan devastadora que no solo aconteció en la Isla, sino tuvo incidencia universal. Y aún en esas difíciles condiciones, Cuba no escatimó esfuerzos en salvaguardar la vida de sus ciudadanos, y además brindó ayuda con brigadas médicas y vacunas, a otros países.
Excluir de sesiones de la Cumbre a la verdadera sociedad civil, la representante de los intereses del pueblo cubano, esa que día a día construye futuro y apuesta por un mundo mejor sin asedios que quebrantan derechos humanos y laceran vidas, constituye una flagrante violación al espíritu y esencia concebido para ese cónclave en Bruselas.
El encuentro debe basarse en el respeto a la pluralidad de ideas y sistemas políticos y económicos, el respeto a las diferencias, y solo perseguir el fin de aunar voluntades a favor de la solución de las más apremiantes situaciones que amenazan la estabilidad y supervivencia de sus países, como son; los cambios climáticos, las desigualdades, la necesidad de un intercambio justo y recíproco bilateral, los problemas medioambientales y económicos integrales, entre otros, que a todos afectan.
Ver además:
De infame y doble rasero moral decisión del Parlamento Europeo contra Cuba