Lo que recién aconteció en el Parlamento Europeo contra Cuba solo puede catalograse de infamia y doble rasero moral. Mientras la Unión Europea (UE) mantiene profunda convulsión interna en algunos de sus países, como la grave situación acontecida en Francia y otras naciones del bloque, sus legisladores se dedican en burda forma injerencista a tratar asuntos de la Mayor de las Antillas, y además lo hacen de manera distorsionada, y alejada de la realidad.

Sin embargo, aún en las difíciles condiciones de lesa humanidad impuestas por la Casa Blanca, la Isla continúa con la decisión de actualizar su modelo de desarrollo, alcanzar la sostenibilidad económica, y sustentar las conquistas sociales que solo en Revolución fueron obtenidas.

Lamentablemente en la actual Unión Europea prevalecen agudos problemas migratorios en sus fronteras, movilizaciones de trabajadores en diferentes sectores por mejoras salariales, de seguridad social, altos alquileres, desalojos de viviendas, prácticas de racismo, y otros descontentos relacionados con el alto costo de la vida, afectaciones en el sistema de Salud y servicios en general, los cuales al parecer no son prioridad de los legisladores del ente comunitario, que solo muestran el interés de complacer a la Casa Blanca y a sus acólitos en la estrategia de aislamiento, asedio e intentos de asfixia del digno pueblo cubano.

Ese legislativo europeo se ha convertido más en vocero de la contrarrevolución cubana que en representante de los legítimos derechos de sus ciudadanos. Afectan con sus disparatados acuerdos de injusta condena a la Mayor de las Antillas (la víctima bloqueada) a sus propios empresarios que cada vez están más decididos a invertir y establecer negocios mutuamente ventajosos con La Habana, al conocer muchos de ellos la estabilidad y seguridad con que pueden operar en la nación caribeña.

Esos parlamentarios tampoco señalan como hecho de alto riesgo el fomento de grupos neonazis que hacen peligrar la estabilidad en el viejo continente.

Cada año vienen a tierra cubana miles de personas de países de Europa a disfrutar de la naturaleza, generosidad de su gente, y también a explorar negociaciones e intercambios mutuos, a pesar de la campaña mediática de desinformación y fake news planificados por agentes de Norteamérica y medios de comunicación occidentales carentes de transparencia y objetividad para justificar con absurdos pretextos, bloqueos, ataques y subversión. Eso que en más de seis décadas de hostilidad por parte de EE.UU. no han alcanzado, y sigue siendo su anhelo más preciado; desestabilizar al país, y apoderarse de su independencia.

Y ello se debe a que los cubanos tienen un alto grado de conciencia, cultura, unidad, patriotismo, y saben discernir sobre las malas intenciones de aquellos que en vez de apostar al diálogo, las relaciones civilizadas y ventajosas para las partes, ven todavía a la Isla como su traspatio, o pretenden nuevas formas de colonialismo.

Así mismo es evidente cómo los recalcitrantes presentes en el Parlamento Europeo, por mandato de sus sicarios miamenses, están tratando de evitar las mejoras de vínculos comerciales, científicos, culturales y académicos, y otros que pueden cultivarse entre la Unión Europea y Cuba, asunto que sin duda ven preocupados los enemigos de la paz y la concordia entre pueblos.

Ver además:

Declaración de la Comisión de Relaciones Internacionales de la ANPP