Un último adios al combatiente Carlos Bermúdez Rodríguez le dieron hoy familiares y amigos en el Panteón de los Veteranos en la necrópolis de Colón.
Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución cubana, y de Miguel Díaz Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la República, presidieron las honras fúnebres del también expedicionario del yate Granma, cuyas cenizas fueron expuestas desde las 9:00 y hasta las 11:00 de la mañana, hora en qué fueron depositadas en su nicho para su eterno reposo.

Las palabras resumen de la ceremonia estuvieron a cargo de Yasmani Cañete, primer secretario del PCC en el municipio Cerro, quien se refirió a Bermúdez como un fidelísimo y ferviente soldado de la Revolución. Persona muy sencilla, modesta, de infinita calidad humana, firmeza de principios, lealtad sin limites a la Revolución, al Partido, a Fidel y a Raúl. Fue un activo combatiente en la clandestinidad y en la lucha en la Sierra.
Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, fundador del Partido Comunista de Cuba y durante muchos años cuadro de este. Poseía la condición de hijo ilustre del Cerro.
Recibió numerosas condecoraciones por los importantes servicios prestados a la patria.
Creó una hermosa familia, junto a su esposa, sus 3 hijos, 6 nietos y 2 bisnietos, educados bajo los principios revolucionarios, los que estuvieron a su lado con todo desveló hasta su ultimo aliento.

Presentes en la despedida, Rogelio Polanco, Jefe del departamento ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, la General de brigada Delsa Esther Puebla, así como familiares y amigos del destacado revolucionario.

El General de brigada Enio Leyva Fuentes al hablar de Bermúdez expresa: Al Guajiro Bermúdez lo conocí en La Habana, donde ya nosotros eramos fidelitas, aunque este ya estaba preso en el presidio Modelo de la Isla de Pinos.
Nosotros íbamos a la Universidad y nos ligabamos con los estudiantes universitarios, junto con José Antonio e íbamos al frente en las protestas en contra de la dictadura batistiana. Caíamos preso, nos daban palos y demás.
Junto con Gerardo Abreu Fontan y otros compañeros creamos un grupo, y estando preso todavía Fidel, nos llamó Melba Hernández, para que distribuyeramos La Historia me Absolverá, que había salido clandestinamente de la cárcel.
Hubo que editarla y después distribuirla y Melba escogió a todo este grupo de muchachos, entre los que estábamos nosotros.
Fuimos los primeros en estudiarla, antes de distribuirla tuvimos que leerla. Hasta ese momento, me considerada un tipo rebelde y cuando la estudié y vi el concepto de pueblo, que todavía hoy está vigente, llegué a la conclusión de que estaba luchando por una razón.
Bermúdez era un compañero muy serio, responsable y Fontán (Gerardo Abreu) le asignaba muchas tareas, las cuales cumplía siempre.
Ñico López fue quien lo bautizó como El Guajiro, y estuvo durante mucho tiempo organizándonos a nosotros.
Cuando Fidel llegó a México a organizar la expedición, se mandó a buscar a los más valiosos compañeros que estaban en la clandestinidad en el país, entre ellos estaba Bermúdez.
El partió primero que yo y, cuando llego a la casa donde me asignaron, el responsable de la misma era Bermúdez. Llevábamos una vida clandestina, con un reglamento muy estricto y con fachada de estudiantes.
Vine hoy a darle el último adios a quien fuera en vida un gran amigo, revolucionario y fidelista, agregó Leyva Fuentes.

Natural de Planetas, en la antigua provincia de Las Villas, Bermúdez Rodríguez había venido a La Habana buscando una mejor vida, incorporándose a la lucha insurreccional, pues era partidario de Chibas, del Partido Ortodoxo, hasta que conoce a Fidel. Fue un destacado combatiente de la lucha clandestina que en su momento tuvo que partir hacia el exilio en México, por orden de la dirección del movimiento 26 de julio, pues éste era muy perseguido por los medios represivos de la dictadura batistiana. Como parte de la tropa, en la nación azteca se prepara y está al frente de una de las casas adonde iban los futuros expedicionarios del yate Granma. En la noche de la partida, estaba en la entrada donde se montaban los expedicionarios, pero faltaba Fidel. Cuando esté llega, le dice que estaba preocupado por él, a lo que Fidel le responde que el que tenía que preocuparse era él porque si no montaba rápido se quedaba. Él contaba esa anécdota como una cosa curiosa con Fidel. Conoció a casi todos los expedicionarios, en sus formas, aptitudes, maneras de pensar, y atendió personalmente al Che en la casa donde se encontraba. Fue una persona siempre muy querida por todos, muy modesto, sencillo, responsable y fiel en las cosas que tenían que ver con el proceso revolucionario. Desembarcó en Las Coloradas, estuvo en uno de los grupos que se perdió después de Alegrías de Pío, y se une a un grupo que posteriormente se incorpora al naciente Ejército Rebelde, donde también está Bermúdez Rodríguez. Por problemas de salud, estuvo en la Sierra Maestra solo hasta que Fidel le da la tarea, junto a Faustino Pérez, de bajar al llano para apoyar al movimiento 26 de julio en La Habana, donde continúa en la lucha clandestina. Después de enero de 1959, se incorpora en la columna del Che, y éste le asigna diversas tareas, siempre cumplidas a cabalidad por él. Fue miembro del buró provincial del Partido Comunista de Cuba en la capital y cuadro destacado de la construcción entre otras responsabilidades. |
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