Varios proyectos apoya en municipios habaneros la organización no gubernamental española Justicia Alimentaria, como parte de su apuesta por Cuba y como contribución a la implementación de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria.
“Los proyectos que estamos desarrollando en Cuba se enfocan en todo lo que tiene que ver con los sistemas alimentarios locales y resilientes y el tema de los mercados territoriales, que es una apuesta por la producción y la comercialización de los productos a nivel de las localidades”, dijo Celeste Solano, coordinadora regional para el área del Caribe de la organización Justicia Alimentaria.
“Tenemos también una serie de apoyo a la transformación y los cierres de ciclo productivo, que ahora les llamamos economía circular, que también se inserta dentro de las apuestas que estamos apoyando en Cuba”, señaló.
En La Habana, tenemos un convenio grande que está apoyando todo el tema de la producción en la zona del Cotorro, en consorcio con otra ONG española, Mundubat, explicó.
En el municipio Marianao, estamos apoyando a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Cuba Socialista en temas de producción en ambiente protegido, la comercialización y una minindustria, como parte de un proyecto que se ejecuta junto con la organización no gubernamental Movimiento por la Paz (MPDL).
Según recordó Aurelia Castellanos, presidenta de la ACPA en La Habana, la contraparte que ha acompañado esos procesos, desde los años 90, Justicia Alimentaria –entonces denominada Veterinarios sin Fronteras-, empezó a cooperar con Cuba, y especialmente en La Habana del Este y Campo Florido, apoyando en temas relacionados con el ganado mayor, para apoyar las entonces nacientes Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC).
Luego, dijo, en la primera década de este siglo, la cooperación se fue ampliando a otros territorios: La Lisa y Playa, en las cooperativas Roberto Negrín y Arides Estévez, y las fincas de referencia Mintoy y La China, respectivamente, en los sistemas integrados de ganadería agroecológica (SIGA) con el objetivo de apoyar al movimiento de agricultura urbana.
A partir de entonces, ese trabajo se extendió a ganado menor y la colaboración tuvo proyectos en escenarios productivos de Marianao (UBPC La Victoria) y La Habana del Este (finca Media Luna) y en la última etapa, un sistema integrado para el apoyo tanto a las UBPC como las Cooperativas de Créditos y Servicios de Marianao.
En el caso de una propuesta presentada al Ministerio de la Agricultura, “se trata de cerrar ciclo de economía circular en varias UBPC en La Habana del Este, Guanabacoa y la finca Vista Hermosa, de forma que los logros que ha tenido esa finca puedan adecuarse a otros espacios productivos”, señaló.
Nuevos pasos
En la actualidad, explicó Celeste Solano, junto con la filial de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) en La Habana y otras contrapartes, estamos en proceso de formular una propuesta para ir replicando esas experiencias, pero en los sistemas forestales, con la mirada centrada en todo el tema de la diversificación, ir incorporando sistemas integrados en áreas donde se pueda permitir y así potenciar la producción de alimentos que tributen al autoabastecimiento de los municipios.
“Seguimos apostando por Cuba en el corto y el mediano plazos, en nuestra estrategia la prioridad es seguir trabajando sobre todo lo que tiene que ver con potenciar la producción de alimentos para garantizar y tributar a la implementación de la ley SAN y todo lo que tiene que ver con el autoabastecimiento de los municipios”, enfatizó.
Acerca del proyecto en formulación, incursionará por primera vez en el ámbito forestal, incidirá en la Empresa Agropecuaria Bacuranao y la Empresa Agroforestal Habana e incluirá las fincas forestales que existen en el este de la ciudad, una finca de Bacuranao relacionada con las micropresas y otra, de una CCS, además de tres asociados de ACPA de la zona de Campo Florido.

Que todos los caminos conduzcan a la alimentación sostenible
A propósito de un reciente encuentro para promover la producción y consumo de casabe, el llamado pan de indios o pan aborigen, elaborado a partir de la yuca, Solano destacó: “este evento, donde se conjuga todo lo que tiene que ver con el rescate de los saberes y de la cultura alimentaria de los países donde trabajamos, es un eje esencial de nuestro trabajo en el Caribe”.
¿Por qué?, argumentó, “porque nuestra región está siendo afectada grandemente por la transculturización en la alimentación, nos están invadiendo patrones culturales alimentarios foráneos y es relevante que desde lo local podamos ir rescatando esos saberes que potencian una cultura alimentaria saludable que tradicionalmente defendieron nuestros ancestros”.
Solano enfatizó que desde la organización hay una apuesta por todo lo relacionado “con la defensa de la alimentación saludable y en esa estrategia está rescatar esos saberes tradicionales y ancestrales que por años, por siglos, han alimentado a los pueblos de una manera sostenible, saludable, sin afectar el medio ambiente, esos son nuestros ejes de trabajo y por eso celebramos eventos como este que apoyan todo lo que tiene que ver con la cultura alimentaria de los pueblos”.
Justicia Alimentaria es una organización ecologista, internacionalista, feminista y políticamente independiente, que tiene como misión promover un modelo de desarrollo rural justo, en favor de la soberanía alimentaria y generar en la sociedad una conciencia solidaria. Su visión se enfoca en la consecución de una sociedad justa, equitativa y solidaria, a través del ejercicio de una solidaridad responsable y respetuosa.
“Para Cuba y para La Habana, Justicia Alimentaria es una organización que apoya en lo que nosotros levantamos en el país, no nos impone, sino que trabaja de conjunto con nosotros las ideas que les presentamos y los problemas que detectamos como organización y nos acompaña para presentar proyectos en diferentes convocatorias europeas. Para la capital, es una fortaleza tener esta alianza por más de 20 años”, destacó la presidenta de la ACPA.
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Por favor rogamos transmitir nuestra gratitud a la organización no gubernamental española y junto con ello nuestro deseo que enseñen a recuperar las buenas prácticas hispanas, las de nuestros bisabuelos y abuelos en proyectos vinculados con las matanzas hogareñas, para recuperar en la parte pecuaria la manufacturas de jamones, chorizos, morcillas y embutidos en general, tradiciones que hemos perdido casi totalmente. Son prácticas alimentarias que pueden incorporarse para hacerle justicia a mercaderes que sustituyen y desvirtuan estas tradiciones solo a base de colorantes falseados, sin sabores ni aromas de estos valores nutritivos originarios. Gracias.