Seis mujeres están propuestas por el municipio de La Habana del Este como candidatas para la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Y por ellas emitiré mi voto el próximo 26 de marzo cuando en el país se celebren las elecciones nacionales, porque representan el tiempo que he vivido y el que aún me queda por disfrutar. En ellas veo la libertad de elección que ha marcado mi larga existencia sin que nadie se oponga a decidir cómo labraría mi futuro.

Independientemente de que representarán a las féminas en el máximo órgano de gobierno, donde son mayoría, mi expresión de apoyo a todas esas mujeres que merecen –al igual que los candidatos nominados-, el voto unido, tiene una connotación mayor a esas mujeres entre las cuales podemos vernos personificadas las que trabajamos en todos los sectores del país, en formas de gestión estatal o privada, incluso de aquellas que son amas de casa; especialmente porque me sentiré defendida en cuestiones que ellas debatirán.

Votaré porque las mujeres cubanas, en tan alto escaño, son la verdad del camino recorrido gracias al triunfo de la Revolución, pues antes de 1959, sólo por hacer un pequeño recordatorio, las carreras universitarias donde mayor número de ellas había era en las letras casi siempre como futuras profesoras; sin olvidar que toda plaza no era bien vista para una mujer y que el acceso a la educación pasaba por múltiples desafíos.

Recuerdo cuando se organizó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en un país caracterizado por una mayoría machista, acostumbrado a ver la mujer, en su mejor “papel”: ama de casa, y a muchas les costó trabajo seguir a la vanguardia que por aquellos días se iba formando en la nación hasta lograr una organización como la que hoy prevalece.

Esas mujeres que integrarán el Parlamento, al igual que las reelegidas, son mi verdad, mi derecho a escoger cómo y con quién vivir, dónde trabajar, qué estudiar, cuántos hijos deseo tener.

Y no solo he leído la vida de las seis mujeres candidatas a diputadas por La Habana del Este. Siempre que descubro la foto de una mujer me detengo a leer sus biografías para saber de dónde provienen, qué hacen o han hecho y, aunque en lo personal no conozco a ninguna, siento alegría interna, al comprobar que supieron aprovechar todas las garantías que, como seres humanos , les proporcionarían sus caminos dentro de la Revolución.

Mi voto será el unido a otros que -por supuesto- también comprende a los hombres de un país donde ocupamos los mismos puestos laborales, devengamos iguales salarios y tratamos se seguir borrando lo feo que aún persiste. #MejorEsPosible.

Foto: Cartel

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