Este 9 de marzo se celebró en La Habana el primer evento de mujeres directivas de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos, con la presencia del ministro de Justicia, Oscar Manuel Silvera Martínez; la secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa María Amarelle Boué, y la presidenta del gremio de abogados cubanos, Lilia María Hernández Doejo.
Más allá de refrendarse al género femenino a través de conquistas y de garantías ya materializadas en la ONBC a favor de la mujer trabajadora, la directora nacional de Cuadros y Recursos Humanos, Mercedes Díaz Velázquez, enfatizó el respeto por la igualdad de género en el ejercicio de la abogacía, la equidad de oportunidades para las mujeres, la extinción de visiones estereotipadas acerca del subculturalmente llamado sexo débil, así como la ejecución de una serie de medidas que contribuyen al mejoramiento de sus condiciones de labor, tales como la flexibilización de horarios y cargas de trabajo jurídico en aras de contribuir a su formación científica y profesional.

En igual sentido se subrayó la importancia de velar eficaz y gradualmente por su salud física y emocional, el apoyo de las instituciones para el cuidado a sus hijos menores, entre otras.
En un escenario de genial y bello “matriarcado legal” se definieron con acierto una serie de políticas institucionales que cimentan la dignidad de la mujer perteneciente a los Bufetes Colectivos y aquella unión intemporal concluyó con la sensibilidad y pasión de las palabras de Lizette Vila Espina, forjadora del Proyecto “Palomas”, quien de forma eminente y acertada demostró la esencialidad de la mujer cubana en la presente sociedad en que vivimos, sus detalles de obra y su compromiso eficaz en todas las dimensiones de la condición humana.
Los hombres presentes concordaron en torno a la importancia de realizar este tipo de actividades en todas las entidades a nivel de país, pues no solo constituyen un medio para destacar la igualdad de género sino que entusiasman el alma de todos.
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