Ante la alarma mundial que supone la Covid-19, difícilmente alguien se haya mantenido al margen. Todos, o casi todos, han formado parte de algún debate, ya sea para concordar con una decisión, para mirar con orgullo un acto, o incluso, para mostrar interés por las medidas y preocuparse por sus tiempos.
Cuba ha concebido un plan para prevenir y controlar la pandemia que ha tomado en cuenta, como ha dicho el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, las experiencias de los primeros países afectados y de los que presentan una situación más crítica, así como los protocolos internacionales; sin embargo, se ajusta a nuestras «experiencias y condiciones» y tiene «como prioridad defender la vida».
Justo por ello, deben ir a la par el sentido común, el autocuidado y el cuidado de los unos a los otros, la disciplina y la serenidad, sin subestimar los riesgos. Y también junto a la responsabilidad en la toma de decisiones, a todos los niveles, debe marchar, invariablemente, el cumplimiento estricto de todo lo dispuesto.
El Código Penal, en el apartado referido a los delitos contra la salud, establece que quien «infrinja las medidas o disposiciones dictadas por las autoridades sanitarias competentes para la prevención y control de las enfermedades transmisibles, así como los programas o campañas para el control o erradicación de enfermedades o epidemias de carácter grave o peligrosas, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a 300 cuotas o ambas».
«En igual sanción incurre el que se niegue a colaborar con las autoridades sanitarias en los lugares del territorio nacional en que cualquier enfermedad transmisible adquiera características epidémicas graves o en los territorios colindantes expuestos a la propagación».
De igual modo, «el que maliciosamente propague o facilite la propagación de una enfermedad, incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años».
Que la prudencia nos guíe; que la toma de conciencia, sin histerias o crisis de pánico, nos sosiegue; que el control y la vigilancia, según los protocolos, no sean protocolares; que, si pecamos, sea por precavidos y anticipados, y que el rigor y la severidad ante cualquier infracción también salven.
(Tomado de Granma)
Muy bueno, ahora es necesario que las autoridades hagan cumplir lo estipulado. Todavía hay muchas personas "divagando" por las calles.
Las medidas muy buenas, porque creo que hay muchas personas que han vendido para aca sabiendo que pueden estar contagiados, dado que su país está saturado. Lo cual es la principal causa por la que se difunde el virus en nuestro país.
No soy ducho en cuanto a las leyes pero viendo la forma en que muchos cubanos han cogido el tema de la protección que muchos están haciendo caso omiso al cuidado y protección que día a día se trasmite deben ser más rigurosa las sanciones no es un delito común este virus es algo a tomar en cuenta está en juego la raza humana en su totalidad deben ya poner lo más parecido a un toque de queda es la única posibilidad de subsistencia saludos.
Asi deberian hacer, pero no dejarlo tan abierto ha conciencia de muchos pues muy poco padecen de esa virtud. Más manos en el asunto habrá que tomas. De irresponsables estamos rodeados.
Muy de acuerdo pero las personas andan por la calle como si nada estuviera pasando, entonces nos cuidamos unos y otros no. Que estamos haciendo?