En la Empresa Nacional de Inseminación Artificial, el área dedicada a la capacitación de los trabajadores se transformó en un centro de aislamiento de contactos de casos positivos a la COVID-19, del municipio habanero de Cotorro.
Según explica José Manuel Díaz, director de logística de la entidad, ante el llamado de las autoridades de Salud, el colectivo acondicionó el lugar, convencido de la importancia de cortar la transmisión de la enfermedad.
«Sin dejar de producir, sin dejar de hacer nuestro trabajo, hemos dedicado esta instalación a proteger a la población a favor de la vida».
La producción de alimentos continúa en nuestro autoconsumo, aseveró el director. «Algunos de estos alimentos hoy se destinan a la alimentación de los pacientes ingresados y el personal que labora en el centro de aislamiento».
La doctora Sonia Caridad Puebla Cepero, directora del centro de aislamiento, explicó que este cuenta con una capacidad de 18 camas.
«Contamos con una tripulación de un médico, una enfermera, y el personal de limpieza. Las condiciones son excelentes, tenemos todo el equipamiento. Las habitaciones están climatizadas y la alimentación del personal es adecuada y balanceada».
La galena comentó que desde la puesta en funcionamiento del centro de aislamiento, han ingresado a 27 pacientes, 13 han sido dados de alta y dos fueron positivos, los cuales se trasladaron al hospital.

Con una experiencia en el trabajo en centros de este tipo, la doctora Odet Thai Mantilla, del policlínico Rafael Valdés, valora de positiva la acogida del colectivo de la Empresa Nacional de Inseminación Artificial.

«Es mi cuarta rotación en un centro de aislamiento. Aquí se han creado todas las condiciones para que los pacientes y el personal que aquí labora tenga las mejores condiciones».

Tomado de Radio Ciudad de La Habana
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