Mi propósito se ha convertido en mi pasión

                                    Me despierta por la mañana y me mantiene

                                   andando, aun cuando estoy cansado.

                                                             Myles Monroe.

Entre las medidas más importantes que se tomaron en muestro país para frenar la propagación de la COVID-19, se encuentran los centros de aislamiento. Distribuidos en varios municipios, acogen pacientes sospechosos, contactos de casos positivos, viajeros, así como el personal de la salud que termina el ciclo de trabajo en las denominadas zonas rojas.

Ante el llamado que hizo el Ministerio de Salud Pública (Minsap) a especialistas de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, para trabajar en estos lugares, acudieron las licenciadas en Higiene y Epidemiología Minerva Alonso Boffil y Damarys de la C. Hitchman Hernández, esta última, MsC en Enfermedades Infecciosas. Ambas cambiaron su actividad docente como profesoras auxiliares de la facultad Julio Trigo, por la de otorgar asistencia, en este caso, en la Escuela de la Aduana.

En las respuestas a las preguntas de Tribuna de La Habana, se advierte en ambas el sentido de la responsabilidad.

Foto: Natacha Sánchez Hernández

“Fundamentalmente realizamos actividades educativas para lograr cambios en los estilos de vida de los pacientes y/o viajeros, así como de todo el personal que trabaja en el centro”, nos explica Damarys.

“Además, estratificamos las medidas de bioseguridad con el objetivo de incrementar la percepción de riesgo del personal de la salud y de higienización en cuanto al autocuidado. Es decir, el uso de los medios de protección, el lavado de manos con frecuencia, así como la revisión de la preparación de las soluciones de autosepsia y desinfección”.

Minerva nos comenta: “Cada día es una vivencia nueva a la espera de los resultados de los PCR. Hubo un caso que nos impactó a todos, porque se trataba de una niña. Vivimos la ansiedad del padre que llamaba todos los días, preocupado. Fueron momentos muy angustiosos. Cuando, afortunadamente, el resultado fue el ansiado, hubo lágrimas de alegría. Esto es lo que nos hace amar y defender nuestra especialidad”.

Damarys se sonríe, pero visiblemente emocionada nos comenta: “En mi familia hubo cierta reticencia, porque a principios de año, estuve ingresada con una bronquitis aguda, y por ello, sentían miedo. Al final, todos lo que querían eran cuidarme, pero comprendieron que esto fue lo que estudié. Ahora, tanto mi esposo como mis dos hijos y sobre todo, mis padres, me apoyan, pero insisten en una sola palabra: cuídate”.

Por su parte, Minerva refiere: “Mi familia  me apoya, mis hijos, mi esposo, todos entienden que nuestro granito de arena es una parte de la fortaleza de nuestro Sistema Nacional de Salud”.

Finalmente, ambas coinciden en que lo que están viviendo les va a servir para ser mejores personas y profesionales y ser ejemplos para nuestros estudiantes. “Hemos acentuado la responsabilidad, la entrega y el amor a nuestra especialidad  por su labor preventiva”.

Asimismo, sienten mucha preocupación por la falta de percepción de riesgo en una parte de la población. “Somos testigo de la desesperación  de muchas de las personas que son trasladadas aquí. Entonces, cuando sienten el peligro, es que se dan cuenta, en muchos casos, de no haber tomado conciencia de la prevención”.

Se deben incrementar las medidas en los centros de trabajo, y fundamentalmente, en los lugares cerrados. Se logró pasar a una etapa de recuperación gracias al sacrifico y esfuerzo que hacemos los que día a día estamos luchando para salvar vidas”.

“Es necesario que se comprenda que en esta línea de combate estamos personas que nos alejamos de nuestros seres queridos, arriesgamos nuestra salud, que pasamos horas sin descanso para darle amor a otros y que también hacemos nuestro, el dolor. Con la falta de responsabilidad le estamos cediendo terreno a un enemigo de la vida. Es necesario que cada cual juegue el papel de prevención y de autocuidado, tome las medidas de seguridad correspondientes, porque aunque existe confianza en nuestro sistema de salud, esta enfermedad puede ser letal”.