Después de 14 días de estrecha vigilancia Epidemiológica en la Residencia Estudiantil Doctor Fermín Valdés Domínguez pudimos conversar con varios de los viajeros que allí se encontraban. Entre esas personas estaba Nálvara Cobas Castillo, quien llegó a Cuba procedente de uno de los países con mayor cantidad de casos de COVID-19, España.
Por fin, tras cumplir el necesario tiempo de aislamiento, y dar negativa al test rápido, Nálvara estaba lista para reunirse con su familia. Con ella hablamos instantes antes que el ómnibus destinado para tales fines abandonara la Residencia Estudiantil.
¿Cuál ha sido la atención aquí recibida y la impresión que se lleva de este lugar?
-La impresión de la estancia ha sido muy placentera. Siempre digo que me recordó mi época de la beca. Hemos hecho muchas amistades, muy solidarias entre todas. La atención del comedor, de todos los compañeros, médicos y enfermeras, todo el tiempo. Ha sido muy bonito vivir esta experiencia.
“A partir de este momento tendremos muchas, muchas anécdotas que contar cuando estemos en nuestras casas, ayer incluso comentábamos que nos vamos a extrañar, cuando estemos más aislados que aquí. Este aislamiento ha sido, realmente, productivo. De aquí nos vamos preparados en cuanto a salud y mentalmente. Mi familia ha estado muy preocupada y les he dicho, tranquilos que aquí en Cuba estamos, más que cuidados, atendidos”.
¿El día a día, el trabajo del personal médico, cómo han sido?
-Todos han sido maravillosos. Desde esa directora tan audaz, que a tiempo completo ha estado respondiendo cualquier pregunta nuestra y demás. Hasta los médicos, las tantas veces al día que se nos medía la temperatura. El hecho de ir por las camas de nosotros, eso dice mucho del personal de la medicina de Cuba.
¿Qué valoración le merece el sistema de salud cubano?
-Desde el mismo momento en que inició esta pandemia mundial quise venir rápido para mi país. Le agradecemos a la Patria el recibimiento que nos dio. Consideramos el sistema médico cubano uno de los más seguros del mundo, por no decir el más seguro. Mi madre, en España, tiene 75 años y nadie ha ido a visitarla. A mí me venía a ver un médico tres veces al día. A veces hasta cuatro. Esto no tiene precedente y siempre lo digo, es un problema de ser justos con nuestro país.
En sus ojos percibimos el profundo agradecimiento a Cuba. El mismo país que, pese a llevar décadas bloqueado, insiste en seguir haciendo realidad las enseñanzas de su Comandante en Jefe Fidel, cuando expresó que Cuba iba a mandar brigadas médicas a los más oscuros rincones del mundo.
El mismo país que abrió las puertas a los viajeros del crucero MS Braemar, donde viajaban varios enfermos del nuevo coronavirus. La misma nación que expresó no dejaría a ningún cubano abandonado y que le permitió a ella, como otros cientos de residentes en el extranjero, reunirse con su familia en estos tiempos de coronavirus.
Millones de gracias a todos los medicos y enfermeros trabajadores en general del centro de aislamiento el cotorro Sin palabras cuba es única