La Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), como parte del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, muestra, a través del ingenio de sus integrantes, aportes significativos a la economía nacional y a la defensa del país.

Entre las instituciones que consolidan las mejores prácticas productivas destaca el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), orgullo del sector biotecnológico en Cuba, donde incluso en los años más difíciles ha mantenido la vitalidad de sus áreas estratégicas, en franca alianza con la ANIR.

La reciente entrega de la Condición 8 de Octubre, otorgada por el Buró Nacional de la asociación, sintetiza una trayectoria de contribuciones relevantes desde 2023 hasta lo que va de 2025.

Este reconocimiento avala los avances del capitalino centro en los campos de la salud humana, el sector agropecuario y el medio ambiente.

Dentro de la organización BioCubaFarma, es el único centro que ha recibido - ahora por segunda vez- tan alta distinción, como parte de la Jornada Nacional del Innovador que se celebra cada octubre.

Así lo confirma con orgullo Orlando Cívico Dávalos, máster en ingeniería de procesos biotecnológicos, presidente de la ANIR en el CIGB e integrante del Buró Municipal de la asociación en el habanero municipio de Playa.

Según su criterio, “innovar y racionalizar para investigar y producir en beneficio de la sociedad” son palabras de orden para los 136 aniristas que integran este centro de alta tecnología. Ejemplo de ello son las soluciones dadas a las carencias de pipetas Pasteur y a un inconveniente con el fermentador Sartorius.

El anirista Amado es fundador del CIGB, y de su autoría son importantes trabajos que han contribuido a la investigación, desarrollo y producción de medicamentos de la industria biotecnológica en Cuba. Foto: Cortesía de CIGB

Por obra y gracia de Amado Silo Sáenz Álvarez y José Gárciga Caballero, cada uno desde su especialidad, hoy se logran ahorros significativos y, sobre todo, se garantiza disponer de recursos esenciales para protocolos vinculados, directa o indirectamente, con la salud humana.

Las pipetas Pasteur son ampliamente utilizadas en el Departamento de Toxicología de la Dirección de Investigaciones Preclínicas (DIPEA). “Con ese medio se extrae sangre a roedores (ratas y ratones) mediante punción del seno retro orbital, como parte de los protocolos necesarios para evaluar la seguridad y eficacia de las vacunas”, explica Amado Silo, especialista en vidrio.

Añade que “la pipeta es un recurso desechable y de importación. Dada la dificultad para adquirirla, era urgente encontrar una solución técnica. Con este trabajo logramos suplir su compra en el exterior, generando un ahorro importante de divisas para la institución y asegurando la continuidad de los estudios preclínicos y clínicos”.

El país hubiese tenido que erogar una cifra considerable para la recuperación de un fermentador, y eso lo impidió el experimentado innovador José Gárciga. Foto: Cortesía de CIGB

Otro aporte vital es el diseño, construcción, montaje y puesta en marcha de un equipo portátil controlador de pH, desarrollado por José Gárciga Caballero.

“No solo recuperamos el fermentador Sartorius de 5 litros BIOSTAT B Twin, que estaba fuera de uso, sino que, al ser portátil el controlador de pH, podemos emplearlo en otros fermentadores o reactores que lo necesiten”, afirma.

Para dimensionar el alcance de esta innovación, basta señalar que adquirir un fermentador de mesa de vaso de cristal de 5 litros similar al Sartorius recuperado costaría alrededor de 37.900 euros.

Los proyectos actuales también evidencian que el potencial creativo de los aniristas del CIGB no se detiene. “Estamos inmersos —comenta Orlando Cívico— en la recuperación de una unidad enfriadora marca Hitachi (modelo RCU050SAZ), en la instalación de un sistema de paneles solares sobre cubierta, y en la búsqueda de mayor eficiencia en la gestión energética”.

A ello se suma el perfeccionamiento del diseño de estudios toxicológicos en primates no humanos, con mejoras significativas en los aspectos éticos, un elevado ahorro por concepto de no eutanasia de animales, y una optimización en el cumplimiento de los objetivos de investigación.

La Condición 8 de Octubre también reconoció la reparación capital de los servicios de la Comunidad Científica La Genética.

Aniristas del CIGB y del Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (CIDEM) fueron distinguidos por su trayectoria en favor de la ciencia y la tecnología cubanas.

En este contexto, la dirección nacional de la Federación de Mujeres Cubanas agasajó a Roseli García Mesa por los resultados de su proyecto en la ANIR, y a Tania de la Cruz Curbelo, seleccionada como Premio Relevante en la Comisión de Salud del evento nacional Mujeres Creadoras. Ambas pertenecen al CIGB.

El mantenimiento de la tecnología existente, junto a la fabricación de equipos, maquinarias y piezas de repuesto, forman parte de las claves esenciales del quehacer de la ANIR en este centro insigne de la biotecnología cubana, que en julio de 2026 celebrará sus 40 años de existencia, bajo el firme compromiso de defender el concepto de “una sola salud”.

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