Con el símbolo Hg y el número atómico 80, el mercurio es un elemento químico bautizado desde tiempos idos como plata líquida o azogue, ese que durante años, se empleó, por ejemplo, en lámparas fluorescentes, baterías y en los termómetros.
Cuando estos se rompían, llamaba la atención por el brillante color y por la manera en que las bolitas se movían y se dividían al contacto. Hace unos años, no se sabía del riesgo que eso representaba: puede causar problemas de salud.
El Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC) ejecuta el proyecto Fortalecimiento de las capacidades nacionales para la gestión del mercurio como soporte a la implementación del Convenio de Minamata en Cuba, enfocados en la medición de productos que contienen mercurio y sus desechos, así como en el estudio de sitios contaminados, de nombre corto MERGE.

En un taller de presentación, que contó con la presencia del viceministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), Rudy Montero Mata, se explicó que, como lo describe su nombre, el objetivo fundamental es fortalecer las capacidades nacionales para la gestión de los productos que contienen mercurio y sus desechos, así como evaluar la exposición humana al mercurio y su concentración en el medio ambiente en Cuba.
Soportado por el Programa Específico Internacional (SIP, por sus siglas en inglés) de la Convenio de Minamata es contraparte nacional del proyecto Mejorar el marco nacional de gestión de los productos que contienen mercurio y sus desechos, así como evaluar la exposición humana al mercurio y su concentración en el medio ambiente en Cuba para apoyar la implementación del Convenio de Minamata.
Esta iniciativa responde a la necesidad del país de observaciones y análisis de alta precisión y a largo plazo del ciclo del mercurio en diferentes ecosistemas para comprender el papel de las actividades antropogénicas, definir áreas contaminadas, cuantificar mejor las fuentes y sumideros de Hg y determinar su impacto en los ecosistemas y la salud humana, lo que tributa al cumplimiento del Convenio de Minamata.
En esta iniciativa participan la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (AENTA), el Centro de Estudios y Servicios Ambientales de Villa Clara (Cesam), el Centro Meteorológico Provincial de Villa Clara, la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, el Instituto de Suelos, el Centro de Investigaciones Pesqueras (CIP) y el Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera del instituto de Meteorología.
Según explicó el máster en Ciencias Yoelvis Bolaños Álvarez, al frente del proyecto, MERGE se apoya en el trabajo integrado entre científicos y comunicadores para lograr la transferencia efectiva de los resultados, datos actualizados y conocimientos sobre el mercurio a tomadores de decisiones y a las comunidades afectadas.
Las acciones se centrarán en zonas del municipio Sagua la Grande, debido a la existencia allí de una planta que en su proceso productivo usaba mercurio.
Organizaciones internacionales alertan que todos los años se liberan a la atmósfera hasta 9000 toneladas de mercurio y que la principal fuente de emisiones es la extracción de oro artesanal en pequeña escala, seguida por la combustión del carbón, la producción de metales no ferrosos y de cemento. A su vez, todavía existe contenido de mercurio en disímiles productos comerciales, entre estos, baterías, lámparas fluorescentes, cosméticos, plaguicidas, termómetros y amalgamas dentales.

Se considera que toda la humanidad está expuesta a una cierta cantidad de mercurio, que en niveles elevados pueden resultar en daños neurológicos a largo plazo y en ocasiones permanentes.
Ante ello, se aprobó el Convenio de Minamata sobre el mercurio, un tratado internacional para proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones antropogénicas de mercurio y sus compuestos, como una respuesta global a la catástrofe ocurrida en Minamata, Japón, donde en la década de los 50 del pasado siglo las liberaciones industriales de mercurio debido a la mala gestión de una planta química, causaron gran contaminación y una epidemia bautizada como la enfermedad de Minamata, una enfermedad neurológica debilitante.
El Convenio de Minamata se aprobó en octubre de 2013, entró en vigor en 2017 y cuenta actualmente con 128 países firmantes. Cuba se adhirió en 2018 en 2018 y desde entonces ha realizado esfuerzos para su implementación. Sin embargo para cumplir con las obligaciones del convenio existen vacíos, a los que se aspira con la ejecución de MERGE.
Comunicar una necesidad
Entre los objetivos del proyecto se encuentra mejorar la información, comunicación y sensibilización de la población y tomadores de decisiones sobre los resultados obtenidos en el proyecto y el Convenio de Minamata y compartir experiencias y capacidades creadas como soporte a otros países de América Latina y el Caribe.
Hacia ahí se encamina MERGE, para lo cual se consideró necesario la adopción de un plan de comunicación estratégico, con visión estratégica y a partir del trabajo en equipo y con acompañamiento experto.
Según se destacó en el simposio de comunicación de MERGE, ese plan define que se comunica a quién, con qué propósito, cómo, cuándo y mediante qué canales lograr los objetivos específicos de comunicación, alineados con el objetivo general del proyecto y sirve para dar coherencia y dirección estratégica a las acciones comunicativas,, optimizar recursos definir mensajes clave, públicos y canales y medir resultados y el impacto comunicativo.
Como parte de ese simposio de comunicación, que concluye hoy con una intervención acerca de la Ley de Comunicación Social, se impartieron las conferencias recursos persuasivos para la comunicación a cargo de la Master en ciencia y Ivette Leyva García, experta y consultora en copywritting en neuromarketing, y Empleo de la inteligencia artificial en la producción de contenidos, por el máster en ciencias Pedro E. García Espinosa Carrasco, consultor y experto en comunicación estratégica.

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