Capacitar e intercambiar desde una visión integradora sobre la reducción de riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático a representantes de los sectores turismo, salud y biodiversidad, como un paso hacia la construcción futura de un plan de adaptación para la zona costera de La Habana fue el objetivo de un nuevo taller organizado por el proyecto AdaptHabana.

Esta acción formativa dio continuidad a una sesión anterior, en la que estuvieron involucrados los sectores de agricultura, ordenamiento territorial y urbanismo y recursos hidráulicos.

Foto: Raquel Sierra

De acuerdo con Yadira González Columbié, coordinadora de la unidad técnica del proyecto Plan de adaptación de la zona costera de La Habana, AdaptHabana, "trabajamos con los sectores biodiversidad, turismo y salud, tres de los seis sectores que están priorizados tanto por la Tarea Vida, como por la Contribución Nacionalmente Determinada (CND) que presenta el país a la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático".

Estas tres esferas, junto con la agricultura, recursos hidráulicos y ordenamiento territorial y urbano, trabajarán en el diseño de medidas de adaptación al cambio climático en cada una de las comunidades en los seis municipios costeros en los que que trabaja el proyecto, dijo González Columbié.

Al respecto, agregó: "decidimos incorporar esta vez una representación de los tres primeros sectores para hacer sinergia con todos los sectores y ver cómo cada uno de ellos ven sus peligros, sus vulnerabilidades y sus principales impactos, cómo los afecta el cambio climático en sus actividades diarias y, a su vez, cómo esas afectaciones desde los sectores de los sectores se refleja en cada uno de los municipios costeros".

Así, intercambiaron sobre sus visiones acerca del tema representantes de los diferentes sectores de los municipios Playa, Plaza, Centro Habana, La Habana Vieja, Regla y La Habana del Este, que integran la zona costera. Esos estuvieron representados también por personas relacionadas con el desarrollo local en los Consejos de la Administración Municipal o Asambleas Municipales del Poder Popular.

"Un municipio costero es muy distinto al otro, todos tienen eh características peculiares, de ahí la necesidad de que una vez que ellos trabajen como organismo e identifique son estos peligros y vulnerabilidades desde la visión de los organismos se inserten a trabajarlo en cada uno de estos municipios, visto de forma integral", señaló la coordinadora.

Este es "un primer espacio para un prediseño de medidas de adaptación sobre la base de lo que ellos han trabajado por el Plan de Estado enfrentamiento al cambio climático en cada uno de sus municipios y en cada uno de sus sectores. Una vez tengamos ya los estudios actualizados entonces estas medidas serán más específicas, a escala de detalle".

Foto: Raquel Sierra

Desaprender y aprender

Para llevar los conocimientos al nivel deseado, AdaptHabana buscó alianzas. Según explicó Iván Barreto, profesor de la Universidad de las Artes e integrante del grupo de educación popular de la Asociación de Pedagogos de Cuba, como parte del proyecto se habían hecho algunos procesos de capacitación de mucha profundidad en el orden técnico y científico, pero "sentían que faltaba la metodología para llegar a la comunidad, porque el proceso debe contribuir a que la gente participe en la construcción de los planes de adaptabilidad ante el cambio climático en las estrategias municipales".

En busca de asesoría, el equipo de AdaptHabana se acercó a la Asociación de Pedagogos de Cuba, a su proyecto Lazos y al Grupo de educación popular de la asociación, para ayudarlos a que el proceso de capacitación incorporara una metodología que permitiera primero, darles a las instituciones estatales y a los funcionarios públicos herramientas sobre cómo trabajar con la comunidad y llegar a los barrios, extraer y compartir información en un lenguaje que la gente pudiera entender y participar.

En ese sentido, se comenzó a aplicar la metodología, pues “no puedes enseñar la metodología popular, si no la enseñes con la propia metodología y por eso los talleres han tenido esta frescura, han tratado de tener un poco más de participación, de más herramientas para construir conocimiento”.
En el trabajo del taller, un “primer momento de siempre es reflexionar cómo lo hacemos hoy, qué medidas estamos aportando aunque sea desde una oficina, incluso qué entendemos en los conceptos fundamentales.

Después viene un proceso de profundización teórica con un grupo de expertos que dan nueva información y actualizan acerca de cómo se han movido las conceptualizaciones de cambio climático, de riesgo, así como estudios actuales, lo que lleva a repensar”, explicó Barreto.

Y agregó, “toda esa teoría, ese proceso de profundización teórica nos hace volver a la práctica desde una reflexión crítica: ¿qué yo veía hasta ahora como un problema? ¿Qué veía hasta ahora como una vulnerabilidad? ¿Cómo se incorpora a lo social en el análisis de las vulnerabilidades? y esa reflexión crítica es que nos prepara volver a la práctica, cuestionarnos y sobre todo proponer nuevas acciones para hacer mejor el trabajo”.

Esa metodología, dijo, se llevará a la comunidad para que esta pueda tener una participación, con sus líderes comunitarios y con quienes viven en la zona costera.

Foto: Raquel Sierra

El cambio climático es hoy

Orlando Rey, especialista de la Dirección General de Medio Ambiente del Citma, explicó que el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, Tarea Vida, es una tarea nacional, a partir de ahí los sectores desarrollaron sus propias estrategias y los territorios, sobre todo las provincias también lo hicieron, pero llegó a la planificación de la adaptación a nivel de municipios. Al respecto, destacó que “Adaptahabana tiene como objetivo concebir cuál sería el enfoque municipal para responder a las necesidades de enfrentamiento al cambio climático”.

Eso, agregó, “no se hace en el aire, se hace contra el municipio Regla o Guanabacoa o La Habana Vieja, pero más allá de los municipios específicos, la idea es que eso construya un modelo que, con las adecuaciones correspondientes, pueda ser empleado en municipios costeros en otras provincias del país, que pueda servirle a Cienfuegos, que pueda servirle a Santiago, que pueda servirle a otros muchos territorios en el país, a Matanzas, a Cárdenas que son territorios costeros. Esa es la idea del proyecto. Y eso complementa la acción de Tarea Vida”.

La mirada de la ciencia es esclarecedora. El doctor en Ciencias Paulo Lázaro Ortiz, coordinador del Grupo de trabajo de Clima y salud del Instituto de Meteorología, consultor y punto focal para los estudios de clima y salud para la Región Cuarta de la Organización Meteorológica Mundial, destaca que la salud es afectada transversalmente por varios fenómenos y el clima sí influye de manera directa e indirecta sobre la salud humana.

“Cuando hay una exposición a la radiación solar por un periodo prolongado, cuando aumenta la temperatura por varios días consecutivos, esto tiene un efecto sobre los seres humanos: las personas sufren de cansancio y estrés térmico. Pero, también existe una acción que no es tan directa: si hay aumento de las precipitaciones o hay déficit, puede haber mucha humedad o sequía y ambas afectan productividad de los vectores, por lo tanto, a la larga, voy a tener transmisión de enfermedades como las que estamos teniendo en el país: el dengue, con sus todos sus serotipos, el oropouche, y también tiene un impacto en enfermedades como el asma o las diarreicas”, destacó.

“La idea de este trabajo también es tratar de introducir dentro de la toma de decisión de nuestros políticos a escala comunitaria el elemento clima, que sea otro otra variable que intervenga en la toma de decisión explícitamente. No es que no se conozca, pero muchas veces a la hora de trabajar, se ve como una casa es una cosa muy para allá y no solo es que el clima ha cambiado es que ya desde el punto de vista desde la ciencia climática estamos hablando del clima cambiante para aceptar que estamos en una transición a esos cambios que pueden ocurrir y no tan lejanos pero ya hay cambios de clima”.

En el caso de Cuba, apuntó, hay cambio del patrón de lluvias, en el régimen térmico, pero además otra variable, que es otro peligro, la sensación por amplitud térmica ha disminuido, es decir. la relación entre temperaturas máxima y mínima ha disminuido, eso hace que el sueño se nos trastorne porque nos pasamos toda la noche con calor …y eso también afecta los rendimientos de los cultivos”.

Foto: Raquel Sierra

Otras miradas

Para Yeniseis Justiz de la Cruz, subdelegada del Ministerio del Turismo en La Habana del Este, es importantísima la presencia del turismo en el taller, porque tenemos gran implicación en todo el proceso de la adaptación, con muchas instalaciones en los seis municipios costeros, que requieren de una mejor preparación acerca de estos temas: la elevación del nivel del mar, las inundaciones, el consumo de agua, la erosión costera y otros que están estrechamente vinculados con la actividad turística.

A juicio de la directora adjunta del Grupo de Trabajo Estatal Bahía de La Habana, Denise Reyes Pérez, “el taller ha contribuido a aumentar la sensibilización sobre estos temas del cambio climático y cómo enfrentarlo desde nuestro pedacito, a partir de las mejores y más efectivas medidas de mitigación y adaptación, a conocer más sobre las vulnerabilidades a las que estamos expuestos, a puntualizar conceptos que no estaban claros para quienes no están muy familiarizados con el tema”.

Uno de los aspectos que destacó de esta iniciativa formativa de AdaptHabana es la puerta que abrió para “unirnos en esta adaptación de la ciudad al cambio climático, con evidencias y resultados de estudios que muestran que está ahí y no es para mañana”, opinó y comentó acerca del equipo en el que intercambió que unió a Centro Habana y La Habana Vieja: “ambos tienen la particularidad de que son de los más densamente poblados, con un fondo habitaciones muy deteriorado, prácticamente sin espacios verdes, ni sistemas protectores como el mangle y las crestas de arrecifes, con zonas bajas e insuficiente sistema de drenaje y alcantarillado, que pone a su población más en riesgo, ante intensas lluvias o las penetraciones del mar”.

Foto: Raquel Sierra

La integralidad ha sido lo mejor de todos estos espacios, considera Iraida Isabel Pineda Mesquías, directora de Desarrollo Municipal en Regla. “No es lo mismo aprender solo que acompañado con los expertos, donde cada uno da una mirada y poco a poco, vas entendiendo qué es vulnerabilidad, qué es peligro ante la vulnerabilidad, qué es riesgo y cómo afecta económicamente los riesgos, y cómo, desde la mirada de la Estrategia de desarrollo municipal -ahora en proceso de actualización-, se ha transformado la línea estratégica que tributa al medio ambiente”, reflexionó.

“Nos dimos cuenta que el medio ambiente transversaliza todas las líneas, al igual que la institucional, no son ya cinco líneas que antes mirábamos como separadas, no pueden serlo”, dijo y sostuvo que en Regla, se ha logrado involucrar a los delegados, que participan en la construcción de la línea medioambiental de la Estrategia de desarrollo, vinculando los diferentes espacios del litoral en acciones que vinculen a los niños y la comunidad.

Desde el Consejo Técnico Asesor del gobierno de La Habana del Este, uno de sus integrantes, Mario González Martín, a cargo de la política sobre manejo integral de zona costera y su uso turístico-recreativo, considera que AdaptHabana resulta relevante para la construcción de las estrategias de desarrollo municipal, toda vez que pretende dar una visión integral de los procesos, primero de del diagnóstico sobre la gestión de la zona costera, y después, dar las herramientas para enfrentar un proceso participativo de gestión de esos recursos y al mismo tiempo de adaptación a los retos del cambio climático y la vulnerabilidades de que se tienen en toda la zona costera de los de los municipios costeros de la provincia.

La Habana del Este, señaló, “ocupa más de la mitad de la franja litoral de la ciudad y tiene las playas principales de ese litoral y constituye el segundo eje de desarrollo turístico de la provincia y son las playas de la ciudad entera, las que disfrutamos todos los que vivimos en ella”.

En esa zona, enfatizó, durante más de 30 años se ha trabajado en estos temas en diferentes etapas, relacionadas con programas de desarrollo del turismo, de participación comunitaria y de adopción de regulaciones especiales en el municipio para la mejor gestión de la zona costera, antecedentes que se conectan con el proyecto AdpatHabana, que viene a apoyar con herramientas necesarias para implementar este tipo de acciones, con nuevas metodologías a toda la franja litoral de la provincia y, al mismo tiempo, muy cercano a la actualización de las Estrategias de desarrollo municipal, con las nuevas leyes vinculadas al tema, donde los municipios tienen un papel protagónico, en la gestión y los procesos de ecomanejo.

Según comentó Yesenia Ibáñez Carbonell, subdelegada de medio ambiente de la Delegación provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) de La Habana y jefa del componente del proyecto 2 de AdaptHabana, en esta ocasión contamos con la presencia del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, en representación de la Dirección Provincial de Salud; la Delegación de Turismo, con sus representantes por regiones, y el sector biodiversidad marino costera, una de las prioridades, porque La Habana tiene áreas protegidas aprobadas, todas de interés nacional, y que deben aportar medidas de adaptación que muchas de ellas ya aplican para la conservación de la biodiversidad en las áreas: el Rincón de Guanabo, el Paisaje Natural Protegido Tiscornia y otros actores que trabajan en áreas de conservación del río Cojímar.

“Es importante que estos sectores se vinculen porque ellos son los que van a ayudar a identificar las acciones desde diferentes de diferentes puntos de vista para después conformar el Plan de adaptación a la zona costera de La Habana.

“Esta selección de sectores surgen del Grupo Provincial de Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, que tiene identificadas medidas de mitigación y adaptación, y ahora nos concentraremos en la adaptación, que tiene diferencias respecto a la Tarea Vida, que las identifica de forma general a corto, mediano y muy largo plazo, mientras que el Plan de adaptación las acciones “van a fortalecer a nivel municipal todo el trabajo que se ha estado haciendo de Tarea Vida para incluirlo en las estrategias de desarrollo local. La intención es no dejarlo a nivel general, sino que se pueda incluir en las estrategias de desarrollo municipal y que las medidas se ejecuten en los plazos que decidan cada uno de los organismos vinculados con los gobiernos, incluyendo a la comunidad”.

Ver además:

Intercambian actores clave de proyecto de adaptación al cambio climático en La Habana