El 19 de mayo de 1861, hace ya 160 años, se funda la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (ACMFNH), en una capilla de la antigua universidad, en el convento San Juan de Letrán, en la calle Cuba, antecedente fundacional de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC). En el campo de la Ciencia, su historia tiene un lugar privilegiado, al ser en ese momento la única institución de este tipo en América.

La ACMFNH es la primera sociedad fundada en el archipiélago cubano, estrictamente científica, que tuvo entre sus miembros fundadores al eminente cirujano Nicolás José Gutiérrez y al naturalista Felipe Poey y Chacón bien recordado y honrado en las Ciencias Médicas cubanas, por haber sido el introductor de la vacuna contra la viruela en Cuba. La historia de la institución preserva, además, en sus memorias, el legado de destacadas figuras de la Ciencia cubana en diferentes etapas, entre ellos al naturalista Felipe Poey, al médico y epidemiólogo Carlos J. Finlay, al ingeniero Francisco de Albear y al también naturalista, paleontólogo y antropólogo Carlos de la Torre.

Con el triunfo de la Revolución estas bases precedentes recibieron un tremendo impulso con la campaña de alfabetización, la restructuración del sistema educacional masivo, gratuito y obligatorio hasta el nivel de secundaria, primero y de preuniversitario, después, con la apertura de oportunidades en diversas esferas del conocimiento.  

Se creaba el terreno propicio para impulsar el desarrollo del país en lo económico, cultural, científico, político, social, en favor de sus principales protagonistas, el pueblo. El quehacer científico experimentó un avance vertiginoso, convirtiéndose en uno de sus principales pilares, bajo la premisa formulada por nuestro líder indiscutible, Fidel Castro Ruz, “El futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento…”*

En 1962 se crea la Comisión Nacional para la Academia de Ciencias de Cuba, adquiriendo carácter nacional, con anterioridad la mayor parte de su trabajo se desarrollaba solamente en la capital. Ya para 1976, con la aprobación de la Constitución Socialista y como parte del proceso de institucionalización del estado revolucionario, la academia quedó establecida como un organismo administrativo con carácter de Instituto Nacional alcanzando en 1980 carácter ministerial.

Asimismo, debido al proceso de reorganización ministerial, en 1994 la institución pasa a formar parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), y en 1996, por el Decreto Ley 163 que está cumpliendo 25 años, se redefinen sus objetivos como institución de carácter nacional, independiente, consultiva en materia de ciencia, estableciéndose una diferenciación especial para escoger a los mejores científicos de Cuba.

Ha correspondido a la ACC, crear núcleos de especialistas y organizar grupos de trabajo que propiciarían la creación de los primeros centros de investigación.

Igualmente, la Academia, tuvo el privilegio de iniciar el desarrollo de la Ciencia, y a lo largo de los años ha logrado reestructurarse acorde a las necesidades de nuestro país, sin perder de vista sus objetivos fundamentales: contribuir con la divulgación científica nacional e internacionalmente, valorizar la investigación científica y ayudar a la protección del medioambiente.

La ACC ha sido fiel continuadora de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y las enseñanzas de sus precursores. Todos nuestros científicos, investigadores, especialistas, manifiestan con el quehacer cotidiano, su alta profesionalidad, humanismo, tesón, consagración al trabajo, sacrificio, responsabilidad ciudadana y ética, comprometidos con la época y el momento histórico, creciéndose ante las adversidades.

Ha sido un año muy duro, que nos ha demostrado lo crucial de aplicar la Ciencia, la Tecnología y la Innovación en todo lo que hacemos, como el mejor camino para encontrar solución a los actuales problemas en el enfrentamiento a la pandemia, resaltó el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, durante el intercambio en la reunión de trabajo del CITMA en el pasado mes de abril; es de esta manera que ha sido imprescindible la búsqueda de alternativas desde la Ciencia, que permitan dar respuesta a las dificultades más acuciantes de la población y del país. 

(Fuentes: Con información de NTV y Sitios Web www.academiaciencias.cu, www.citma.gob.cu, www.granma.cu, www.cubadebate.cu

 *Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en el acto celebrado por la Sociedad Espeleológica de Cuba, en la Academia de Ciencias, el 15 de enero de 1960.

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