Añorado durante muchos años por quienes dedican su vida a la producción y el estudio del tabaco, el I Congreso Internacional de Investigaciones del Tabaco es hoy una realidad.

Sobre su importancia reflexionaron varios de los delegados cubanos, que conforman el universo de las cerca de 300 personas que acuden al encuentro y que proceden de ocho naciones, entre ellos productores líderes de Pinar del Río y Sancti Spíritus y de todas las empresas agrícolas e industrias del país. 

Varias miradas

Para Yarelis Centeno Miranda, directora adjunta del Instituto de Investigaciones del Tabaco, “es un anhelo que habíamos tenido en muchos años y finalmente instituimos este congreso, con carácter trienal, que no solo aborda investigaciones sobre la solanácea, sino que incorpora también el proceso agrícola, preindustrial e industrial, así como la comercialización e incluso, la vitofilia”.

“Los investigadores en tabaco y otras personas vinculadas a él, van a tener la oportunidad de discutir diferentes trabajos. Celebrarlo cada tres años, nos permitiría reunir a más productores para que intercambien experiencias con investigadores y otras personalidades con investigaciones acerca del tema, lo que contribuirá a nuestro desarrollo y a medir hacia dónde dirigirnos”, indicó.

Eumelio Espino. Foto: Raquel Sierra

En el ámbito del tabaco en Cuba Eumelio Espino Marrero, quien se desempeñó entre 1970 y 2012 como jefe de la sección de genética y mejoramiento de Instituto de Investigaciones del Tabaco.

Sobre el congreso, Espino dijo: “lo estábamos pidiendo desde siempre, participábamos en otros eventos, pero no era nuestro evento, no nos permitía intercambiar con el mundo. Eso ayuda, abre nuevas vías, estamos muy contentos por la celebración de INVESTA”.

La vista del campo

Yuniesky Rodríguez Hernández, campesino de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Veremundo Paz, es desde hace seis años productor de tabaco tapado en Cabaiguán, en la central provincia de Sancti Spíritus.

“Asisto al congreso como productor líder del Instituto de Investigaciones del Tabaco para el intercambio con productores y aprender de los colegas de Pinar del Río y otras provincias, así como compartir las que hemos acumulado nosotros”, destacó Rodríguez, quien con la introducción de tecnologías y el asesoramiento científico del instituto ha alcanzado importantes rendimientos 1,9 toneladas de tabaco para capa de los famosos habanos cubanos. 

Máximo, productor líder de San Juan y Martínez. Foto: Raquel Sierra

Desde la tierra donde se cosecha el mejor tabaco del mundo, llegó al encuentro Máximo Pérez, productor de la CCS Tomás León, en San Juan  y Martínez, heredero de una tradición familiar que se extiende por más de un siglo. “Llevo 36 campañas y con este congreso tenemos un gran avance, porque el nexo entre ciencia y producción es muy necesario y la única forma de paliar y resolver los problemas de deficiencia de los suelos, desgastados, y enfrentar el agresivo cambio climático”.

A su juicio, la ciencia es lo único que nos lleva a sostener e incrementar los rendimientos y mejorar calidad, porque sin ella no hay futuro. “Como especie, hemos destruido el clima a tal magnitud que ahora tenemos que convertirnos obligatoriamente en personas de ciencia, si no, no se logra nada y es muy halagüeño que haya un encuentro de estas características, que puede ser el precedente para muchos más, adonde todos puedan estos conocimientos y que sean de consulta obligada para los productores que quieran elevar y mejorar la calidad del tabaco en Cuba”.