El gremio de personas dedicadas a la cosmética natural, fundamentalmente, la jabonería, se reunió para celebrar, por tercera ocasión, el Día Internacional del Jabón Artesanal.
Bajo el título Vamos a jabonear, el encuentro organizado por el emprendimiento EcoRizo, reunió a creadoras artesanales -la comunidad es heterogénea y mayoritariamente femenina-, y sus marcas, entre estas, Lilus; Eve Corazón de melón; Isabella Cosmética Natural, Margarito Natural, Thaliafro, Sedavid, Reina María Cosmética, Yani Regenera, Madeco Estudio, Naturalibella y D’Tays. Participaron también representantes de la Sociedad Cubana de Ciencias Cosméticas y de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras.
Al decir de María Karla Figuerola Domenech, de EcoRizo, el auditorio estuvo formado por personas "que apuestan por impulsar el sueño de emprender de forma sostenible y con responsabilidad socioambiental". Cada una de las jaboneras, las veteranas, las noveles o las que apenas cocina sus primeras ideas hacia este mundo, presentó su marca, sus productos, sus ideas y aspiraciones.
Como es tradición, primaron las buenas vibras, los aromas, los intercambios sobre prácticas personales, productos y sueños, las texturas, la sororidad. El espacio acogió también la presentación del estudio La cultura del diseño como diferencial competitivo en la cosmética natural, a cargo de Sonia María Feria Ortega, de Madeco, quien explicó detalladamente singularidades y ventajas de la utilización de una herramienta para el diseño que puede resultar de gran utilidad para las emprendedoras.

Surgieron preguntas, dudas y aclaraciones relacionadas con el diseño, el etiquetado, las pautas sobre la calidad y protección al consumidor que deben seguirse según las Normas Cubanas y en coherencia con lo establecido internacionalmente. Hablaron acerca de la estrecha relación entre envase-producto-costos-destinatario, así como de la necesidad de capacitarse constantemente y de unirse para llegar más lejos.
En el encuentro, Julián Rey, de la Sociedad Cubana de Ciencias Cosméticas, anunció que se diseñaron siete talleres prácticos temáticos, el primero, de carácter general y obligatorio, pues versará sobre la fundamentación técnica. Las clases, que combinarán teoría y práctica, se desarrollarán en un laboratorio de la Universidad de La Habana, a partir de noviembre y hasta enero.

Como colofón del encuentro llegó el momento más esperado: la sesión práctica de saponificación colectiva, conducida por María Elena Sánchez, de Reina María Cosmética, donde varias participantes mezclaron bases y esencias para experimentar y hacer los jabones de su preferencia.
El amor por los jabones
Desde hace seis años, Yanara Ruiz Padrón elabora jabones artesanales saponificados en frío y caliente y aunque ahora está ampliando los productos de su marca, Yani Regenera, su predilección son los jabones. "Comencé con aceites para cuidarme yo, desde casa, y artesanías. Después, en el proceso de la pandemia, empecé a hacer los jabones. En un inicio era yo sola, ahora tengo a mi mamá, que me ayuda, y otra persona", comentó Yanara, vinculada al Fondo Cubano de Bienes Culturales, mediante el cual comercializa en ferias la mayoría de las producciones.
Los conocimientos los adquirió en disímiles cursos. "Aprendí indagando, leyendo y en muchos cursos online, sobre todo en esa etapa cuando no se podía salir de casa, por eso hoy estoy contenta con mi producto, porque es un buen producto" destaca la joven quien tiene entre los surtidos que más le solicitan los jabones de manzanilla, avena, avena y miel, carbón activado, carbón y miel.
Para Liliana Núñez, creadora de Lilus, la importancia que tienen estos encuentros es que en el Día Internacional del Jabón Artesanal se pone a Cuba y al gremio en ese mapa que se articula a nivel internacional. "En cuanto al impacto interno entre nosotras, es que el gremio cada vez acelere más su capacitación, que las de nuevo ingreso se sumen al proceso de articulación con la academia y con las regulaciones vigentes en el país para esta actividad".
Evelyn Armada, creadora de la marca de jabones Eve Corazón de Melón, quien participa en la comunidad desde hace seis años, considera que esta ha ido creciendo, aprendiendo y evolucionando en aspectos vinculados a mejoras en la producción, aumento de la capacidad productiva.

A su juicio, el crecimiento no solo ha sido profesional y de formación, la coexistencia de personas con diferentes niveles de aprendizaje aporta mucho; se dan facilidades de talleres y encuentros, donde se aprende de los conocimientos de otras. Con presencia femenina mayoritaria, al gremio se han incorporado algunos hombres, pero son minoría, lamentablemente, consideró.
Al frente del proyecto Reina María Cosmética, una microempresa dedicada a empoderar a los emprendimientos de cosmética natural y a pequeñas tiendas está María Elena Sánchez. En la actualidad, dijo, tienen en producción bases cosméticas, con un estricto control de la calidad y conocimiento de la comunidad, lo que facilita su adquisición por parte del gremio, pues "no es lo mismo comprar 10 materias primas que comprar una materia prima intermedia".
De acuerdo con Sánchez, Reina María más allá de querer ser un revendedor o un suministrador de materias primas, quiere y ya lo hace en algunos casos, dar apoyo técnico, capacitación y consejería. "Por ejemplo, se te separó la crema, entonces, puedes contactar con Reina María y ya vemos según los ingredientes, qué es lo que quieres lograr, si se puede salvar o si quieres hacer un producto y no sabes cómo o requiere una materia prima que no está disponible en el país, podemos juntas encontrar un plan B o C, un sustituto o diferentes, u otra formulación con la que vas a lograr el mismo objetivo", detalló.
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