Se van unos y otros llegan. Aquellos dicen adiós y a estos les dan la bienvenida. Los primeros, aunque solo han dado los primeros pasos en la honra de un sagrado compromiso que, en lo adelante, les seguirá exigiendo cuotas de sacrificios y actualizaciones, ya están “cujeaos”, y pueden exhibir orgullosos la categoría de novatos-veteranos. Para los segundos, en cambio, toca emprender el camino transitado por sus predecesores, no exento de sacrificios y renuncias, pero irrenunciable, necesario, plagado de enseñanzas e incluso digno.

Hablamos de la ceremonia de desmovilización de un grupo de sargentos y soldados, que regresan a la vida civil, tras dos años de intensa preparación, en unidades de la Región Militar Habana (RMH); y a su vez, del acto que el Comité Militar (CM), de Boyeros, organizara para despedir a los jóvenes de la localidad, que tras ser llamados a filas del Servicio Militar Activo (SMA), parten hacia los concentrados, donde -dada su condición de nuevos soldados- reciben la preparación básica correspondiente, previa a la incorporación a las respectivas unidades a las que fueron asignados.

Más allá de las exhortaciones para la nueva de etapa de vida que se les avecina, la trasmisión de afectos e incluso el agradecimiento por el aprendizaje mutuo, que en palabras del coronel Blas Ariel Ruiz Rodríguez, jefe de la Sección Política de la RMH, el cuerpo de oficiales hicieran llegar a los desmovilizados, el acto –presidido por el general de brigada Raúl Ávila Pérez- constituyó un encuentro de emociones desbordadas, en tanto los soldados también decidieron nombrar a su representante para -casi por las mismas razones- también congratular a quienes mucho contribuyeron a hacerles más maduros y disciplinados, pero sobre todo, ponerlos en mejores condiciones para defender la Patria frente a una agresión.

Foto: Elías Argudín Sánchez

En el SMA fue como protagonizar el mismo filme, pero a la inversa. Tal vez el jubileo no llegó a alcanzar proporciones similares, en tanto no es lo mismo retornar al hogar que alejarse de él, ni tampoco desandar caminos que son familiares que enfrentarse a lo inédito (por solo mencionar dos razones).

Sin embargo, la tristeza y el llanto no asomaron por ninguna parte, y si allá, reinó el orgullo por el deber cumplido y las metas alcanzadas, aquí lo hizo por las oportunidades que se abren en pos de alcanzar iguales metas.

En lo adelante, de la misma forma que en ese otro hogar, cuya dirección aparece en el carné de identidad, de cada nuevo joven soldado, las unidades a las cuales fueron asignados los acogerán durante dos años, tal vez no con similares mimos, pero sí con igual amor y celo que dispensan los padres al más preciado de sus tesoros.

El SMA constituye una gran oportunidad para servirle temprano y de la mejor manera a la Patria. Perogrullada a la cual, de una u otra manera, hicieron referencia cuando les tocó hacer uso de la palabra, a nombre de la organización y grupos que representan, Yaile de la Caridad Olivera Leal, Silvia Zambrana Martínez y Ramón Mora Argüelles, respectivamente miembro de la dirección del Comité Municipal de la UJC, en Boyeros; madre de un joven de los recién llamados a fila y uno de ellos.

Foto: Elías Argudín Sánchez
Foto: Elías Argudín Sánchez

Por su parte, Fredy Rivero, jefe del Sector Militar, explicó las características del actual reclutamiento, hizo referencia a las condiciones del lugar donde habrá de desarrollarse el concentrado y las características del programa, además de pormenorizar otras informaciones de interés para padres y soldados.

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