Queridos lectores hoy estaremos hablando de unos de los símbolos identitarios y queridos de nuestra ciudad, el Cristo de La Habana, el cual bendice la urbe desde la Navidad de 1958, esculpida por Jilma Madera desde que fuera presentado a un concurso para escoger el proyecto, resultando ganador el de la escultora cubana, quien ejecutó un singular Cristo de aspecto mestizo, muy alejado de las representaciones tradicionales, el Cristo fué la más importante obra de la artista.
Como idea inicial se propuso que la escultura superara la treintena de metros, o sea un tamaño colosal, pero la artista se opuso con firmeza (a pesar de que una estatua más grande hubiese representado mayores honorarios para ella) pues consideraba, de forma acertada, que la baja altura de la loma de La Cabaña hubiese contrastado visualmente de forma negativa con un monumento de semejante tamaño, finalmente se acordó que tuviera 20 metros de altura (51 sobre el nivel del mar).
Jilma marchó a Italia para dar vida a su proyecto, el cual demoró solo un año, una vez terminada la obra fue embarcada en piezas hacia la Isla, no sin antes recibir la bendición del Papa Pio XII.
Acompañada de una cuadrilla de apenas 17 hombres se dio a la tarea de armar su Cristo, el cual había llegado a la ciudad en 79 piezas. Fue un verdadero trabajo contra reloj dado que se deseaba inaugurar para Navidad, las obras de montaje comenzaron tan tarde como en septiembre de ese año.

Como dato curioso tenemos que a pesar de su altura dominante sobre la bahía, al Cristo de La Habana no se le colocó ningún pararrayos y en 1961, durante una tormenta eléctrica la estatua fue impactada en la parte posterior de la cabeza por una descarga eléctrica que le provocó severos daños, por previsión de algún accidente se había traído un bloque virgen desde Italia, y se pudo acometer la reparación (la primera que se le realizó al monumento) ese mismo año, al terminar le fué instalado entonces un pararrayos, lo que mitigó pero no impidió que, a lo largo del tiempo fuera impactado en varias ocasiones y sufriera diversos daños.
Pasado el tiempo a comienzo de la década de 2010, medio siglo después de su inauguración, el Cristo de La Habana amenazaba derrumbe y fue intervenido por la OHC y el Consejo Nacional de Patrimonio, quienes consiguieron revertir el marcado deterioro que acumulaba el monumento debido al tiempo y los factores ambientales.
Resultando distinguido con el Premio Nacional de Restauración en 2013, y cuatro años después, el 6 de noviembre de 2017, el Cristo de La Habana sería declarado Monumento Nacional.
De paseo por la bahía es la colosal imagen que recibe y bendice a habaneros y visitantes.





Otras informaciones:

![[impreso]](/file/ultimo/ultimaedicion.jpg?1762208752)