Un sublime paisaje de naturaleza tranquila, en medio de la ajetreada vida citadina, al finalizar la popular calle 23 del Vedado, nos lleva directamente al sitio donde podemos disfrutar de una apacible estancia, es el Bosque de La Habana, bordeado por el río Almendares, el cual abarca parte de los municipios de Plaza de la Revolución, Playa, Marianao y Cerro.
El majestuoso y enorme jardín se extiende por siete kilómetros junto a las márgenes del dócil río, regalando a los habaneros y visitantes de otras tierras la oportunidad de sentarse bajo la refrescante sombra de los árboles, escuchar el rumor de las aguas del Almendares, o el hermoso trinar de las aves canoras, caminar plácidamente por extensos senderos, y respirar el aire puro en el Gran Parque Metropolitano de La Habana, junto a la exuberante vegetación que lo rodea.
Resulta maravilloso observar de primera mano las formas que adquieren las frondosas plantas trepadoras entre los arbustos y las caprichosas lianas que cuelgan de lo más elevado de los árboles, llegan a ser tan tupidas como barbas que, en ocasiones, pareciera que se forman pequeños mogotes; framboyanes, algarrobos de olor, laureles, jagüeyes y hasta algunas palmas reales son algunos de los ejemplares de la flora cubana que integran parte de esta diminuta selva tropical.
La Cultura también tiene un importante escenario en este sitio, que recibe a proyectos comunitarios, teatrales, musicales y la trova, los cuales motivan la participación de espectadores de todas las edades que acuden a disfrutar de variados espectáculos los fines de semana en el Anfiteatro del Almendares, un escenario recreativo por excelencia que siempre nos invita al relax.






Otras informaciones:
Bella estancia. He visitado varias veces la capital cubana y no había escuchado de este lugar. Deben tenerla disponible para los visitantes en los Hoteles