La frase “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña", un aforismo recogido por el filósofo inglés Francis Bacon en un libro publicado en 1597, sirve para ilustrar la iniciativa Reciclo mi barrio, que acerca la comunidad a la recuperación de materias primas.

Aunque en ocasiones los miran por encima del hombro, no pocas personas han encontrado en el reciclaje una vía para mejorar sus ingresos, una práctica común en el mundo. Ignacio Martínez Pérez acude al punto móvil de compra en la esquina de Vives, entre Alambique y San Nicolás, donde cada sábado se reúnen los camiones de la Empresa de Materias Primas. Trae botellas y plástico. “Todo lo recojo en la calle, la gente pasa, lo tira y yo lo recojo y me lo pagan bien”, dice.

Con 20 sacos de latas de aluminio llegó de madrugada al punto Lázaro Fajardo Gilbert. Por esa cantidad, dice, recibe unos 3 000 pesos y “eso a ayuda a la economía de uno y del país. Berta Valle es la única mujer
que esperaba su turno, con 40 sacos de latas. “Las recojo y las traigo los sábados y gano hasta 6 000 pesos. Con eso compro leche y medicamentos, para mí esto es muy bueno”, dice esta jubilada.

La idea comenzó a implementarse en La Habana desde finales del pasado año tras su aprobación por la dirección del país y, hasta el momento, ha resultado mutuamente ventajosa. Para Lucía Cristina Real
Portela, coordinadora del CDR No.8 de la zona 68, “es una solución buena. Mis electores están contentos, porque pueden vender sus cositas y quieren que se mantenga”.

Este proyecto se ha convertido en una idea mutuamente ventajosa. Foto: Raquel Sierra

El proceso es sencillo. De acuerdo con María del Carmen Álvarez Calvo, compradora integral de una de las dos casas de compra de La Habana Vieja, los clientes traen su mercancía seleccionada, se revisa y cada producto tiene un precio diferente. Se paga en efectivo y se están haciendo gestiones para utilizar también tarjetas.

“Es una actividad motivadora”, la califica Farah María Ramos Galán, directora de la unidad empresarial de base (UEB) de Recuperación, del municipio de La Habana Vieja, quien explica que el propósito es llegar a las comunidades, circunscripciones y CDR “y recuperar algo que ha sido una tradición, los festivales de materias primas, en función de incrementar el reciclaje desde la población en el difícil contexto económico que vive el país”.

Berta Valle era la única mujer que esperaba su turno, con 40 sacos de latas, en el punto de Reciclo mi barrio en la calle Vives. Foto: Raquel Sierra

Para Ramos Galán, el consejo popular Jesús María se ha apropiado de forma armónica de esta iniciativa, que tiene un efecto social y económico, por su incentivo monetario. “Empresarialmente tiene un impacto fuerte porque reciclamos productos que van a la economía nacional o la exportación”, señaló.

Para quienes venden estos productos, constituye una fuente de ingresos, sobre todo en medio de los elevados precios de los alimentos y toda suerte de artículos. Odilia Sardiñas, de 87 años, quien acude al punto móvil de La Timba, en Plaza de la Revolución, es clara en eso: “es una ayuda, es una forma de buscar semanalmente unos pesitos para el diario”.

HACER COSAS DIFERENTES

Desde bien temprano, el personal de la Empresa de Recuperación de Materias Primas de La Habana acude los sábados al Reciclo. Foto: Raquel Sierra

Reciclo mi barrio se realiza dos veces a la semana, miércoles y sábados, en lugares seleccionados en los 15 municipios, generalmente lejos de los habituales puntos de compra, de manera que la población pueda acudir. Según explicó Rosa María Reyes Santiesteban, directora general de la Empresa de Recuperación de Materias Primas (ERMP) de La Habana, “se hicieron estudios y análisis que arrojaron que se bota mucha materia prima, eso se ve en los vertederos y a partir de ahí nació esta estrategia de acercar la recuperación a la comunidad”. Algunos estimados indican que todavía se estaría botando el 67 por ciento de lo desechado por la ciudad.

Todo indica que da resultados: solo en la jornada del 13 de abril la empresa adquirió 29.3 toneladas y más de 2 828 envases.

Esta, destacó, es una de las modalidades de obtener esos recursos, pues están también las tradicionales casas de compra, la recogida puerta a puerta, así como las entregas que impulsan las organizaciones de
masas o estudiantiles, y los ecoeventos, surgidos en 2023, que consisten en la recolección de envases y otros desechos al concluir actividades públicas y recreativas.

Perteneciente a la Organización Superior de Dirección Empresarial del Reciclaje tiene como objeto social recuperar, procesar y vender productos reciclables procedentes del sector estatal, particular y los nuevos actores económicos. “Recuperamos 16 productos, entre ellos, ferroso (acero y hierro), no ferrosos (bronce, aluminio, cobre, plomo, otros metales y chatarra electrónica), y no metálicos (plásticos, textiles, vidrio,
papel, cartón y envases de cristal, desde frascos para medicinas hasta botellas).

En 2022, la empresa inició un encadenamiento productivo con un actor no estatal para la producción de artículos varios a partir del plástico recuperado, una producción hoy en manos de la ERMP y permite obtener cubos, vasos, palanganas, así como mangueras y tuberías, estos últimos en proceso de certificación.

Resultado del reciclaje, tributan a empresas como Cubana de Bronce y Planta de Herrajes, a la vez que destinan a la exportación aluminios, latas, cobre, bronce y chatarra electrónica. En el caso del papel, se destina a la producción de papel sanitario y los files para los huevos; el cartón a otras industrias, los textiles
a Acopio, y el vidrio tanto a la industria del ron, la fabricación de medicamentos y los nuevos actores. Actualmente, se potencia la recogida de vidrio blanco para su entrega al Mariel.

Desde el pasado año, la aplicación de un nuevo esquema de financiamiento permitió elevar los precios de compra, con el consiguiente incremento de la recuperación y de la exportación. En 2023, dijo Reyes, la ERMP de La Habana sobrecumplió su plan de ventas, exportaciones y utilidades. Este año, en el primer trimestre, también se han superado los planes, con ingresos importantes para el país. A modo de ejemplo, señaló que hasta el momento se han exportado unas 400 toneladas de aluminio, fundamentalmente, latas.

Recientemente se aprobaron nuevos precios, por ejemplo, las botellas de ron se cotizan entre cinco y ocho pesos; vino (4), ron Vigía (9), chatarra de aluminio (kilogramo), 75 cup; cobre, 200 cup; plásticos, entre cinco y 25, según el tipo. Hay bonificación si se usa la plataforma digital para el reciclaje y las transferencias.

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