Marlene Fuentes Molinet hoy trabaja como chofer profesional de tricilos eléctricos en la base #13 de Ayestarán y Desagüe, pero la lista de su andar por la vida pareciera no caber en los años que dice tener.
Esta conductora marianense es, también, maestra de formación, licenciada en Matemática. Fue bailarina en la mismísima tropicana, es la directora de una banda musical, toca batería, paila, cajón flamenco, maraca y guiro. Una todoterreno.

Se llama a sí misma "persistente". Nos cuenta que se apropió del volante de su "carrito" actual a puro impulso. Vio, en octubre del 2020, un anuncio en el televisor sobre una oportunidad para sumar mujeres al sector del transporte y no lo pensó dos veces. Le había fascinado manejar toda su vida, se apareció en la base #13 donde radicarían los triciclos y pidió sumarse.
Incluso a su madre le pareció otra de sus locuras, le decía "no empieces", pero Marlene quería montar y conducir su "carrito cómico".
Cuatro años después, camina por la base como si cumpliera la orden divina de alegrarle el día a quien se le acerque. No se detiene. Llega a las 8:00 a.m. a la base desde Marianao y después de una jornada entera de trabajo parte al Hotel Inglaterra donde su banda tiene presentación casi todas las noches. Y sale, de allí, bien tarde.

Marlene hoy vive sola, su madre murió hace algún tiempo y cuando llega a casa, a la altura de la madrugada, tiene que ocuparse de todo. "Y yo sé hacer de todo, lo mismo cojo un taladro, que pinto, que te pongo una repisa, que limpio. Todo eso antes de que amanezca, porque durante el día trabajo".
Pero cuando le preguntamos ¿qué preocupa a Marlene? no duda en responder: El carrito y sus piezas. Teme mucho a quedarse sin ese carrito un día. Algunas de las mujeres que comenzaron, como parte de la iniciativa, no están hoy en activo. La vida es difícil, nos explica, y más para una mujer que se dedica a ser conductora, pero a ella lo que más le afecta es el estado de su vehículo.

"Pero no te equivoques, soy tremendo timón. Yo paso y los baches se quitan del medio. Incluso, llevo 15 años con licencia y ni una multa. ¡Ninguna! La PNR me hizo un reconocimiento en el 2023 por eso mismo, por no tener ni una mancha en el expediente".
Nos explica que a veces no hay con qué arreglar los carros de la base. Hace un repaso por las duras condiciones que atraviesa el país, por el difícil acceso a las piezas, por el esfuerzo diario que se realiza para mantener esos vehículos, pero ella solo quiere manejar.
Marlene habla del placer que le provoca llegar en la mañana a la salida de su ruta y que la estén esperando. Que la gente en la cola se alegre y diga "ahí viene la china, la vanvanera". Adora prestar un servicio y que la reconozcan por ello, adora ir con su música y que los pasajeros se bajen más alegres de lo que se subieron.
Una sonrisa detrás del volante no pasa desapercibida por nadie, es lo más humano que los transportistas podemos hacer, y lo más cubano. Marlene no es más que una conductora que pone nuesta labor en lo más alto, a través de su alegría y de su frescura.

(Tomado del perfil en Facebook del ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila)
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