¿Cuántas veces hemos recorrido la Plaza de la Revolución?, casi a diario, a pie o en algún vehículo los que somos sus vecinos. Otras en movilizaciones o marchas a lo largo de nuestra vida.
Entonces no nos detenemos a pensar en cómo se puede apreciar la belleza de La Habana desde lo alto del monumento a nuestro Héroe Nacional.
Por mucho que visitemos su mirador siempre encontraremos algún edificio emblemático, calle o elevación que se nos escape en alguna visita; quizás también la inmensidad y belleza de nuestro mar.
Como señala la rosa náutica que nos marca el punto cardinal por el que miremos a través de sus ventanales, podemos tener también a la vista las provincias más inmediatas a la capital de todos los cubanos.
La invitación está hecha, volvamos al mirador.









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