Cuánta alegría se vivió en la Plaza de la Revolución la mañana de este 27 de enero para celebrar el aniversario 171 del natalicio de nuestro Apóstol José Martí, el hombre de La Edad de Oro.
Los actos pioneriles siempre son representaciones de felicidad sincera, porque los niños jamás sabrán mentir. Por eso estaban allí: conscientes de la convocatoria que llenó de sonrisas la Plaza de la Revolución, después de una noche de vigilia para muchos y de acampada en sus escuelas, hermoso preludio de la Marcha de las Antorchas, prevista en la noche, en la reedición del histórico acto protagonizado por la generación del Centenario.

Resultaba notable el colorido de los cientos de infantes ataviados de pañoletas y uniformes. Incluso algunos llevaron trajes semejantes a los de sus personajes favoritos: Pilar, de los Zapaticos de Rosa, y otros evocaron al propio Martí.
Porque como dijera Martí: la mejor manera de decir es hacer; y porque los niños son la esperanza del mundo, no existirá mejor homenaje para José Martí que aquel que viene de los que saben querer.














Ver además:
Homenaje Pioneril a José Martí en La Habana