Amanece un nuevo día en Plaza de la Revolución, sitio de grandes acontecimientos como la Marcha de las Antorchas o la partida a la inmortalidad un 13 de marzo de 1957 de José Antonio Echeverría, presidente de honor de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Foto: Bernardo Enrique Musibay Hernández

Es este territorio altísimo y digno de toda una historia Patria, sus elegantes casas y majestuosas instituciones; sus altares al decoro y lo bueno, que es lo mismo que decir escuelas. A ellas llega siempre, como inesperada sorpresa, dulcísimas visitas de quienes, como padres que constantemente desean saber de sus hijos, del estado de estos y en qué puede aliviar o impulsar; no pueden evitar dar esa necesaria y vital prioridad que esta Revolución martiana y fidelista da a la educación.

Se dirigieron a la Escuela Secundaria Básica Urbana "Eduardo García Delgado", nombrada así en honor a ese ínclito joven revolucionario que, ante la inminencia de la terrible muerte que traía la aviación enemiga contrarrevolucionaria como preludio a la invasión por Playa Girón, escribiera con su sangre: Fidel.

A ella, llegaron el Msc. Roilán Rodríguez Barbán, miembro del buró provincial del Partido Comunista de Cuba en La Habana, que atiende la educación, la cultura y el deporte; y el licenciado Yariel Rodríguez Malvarez, director municipal de educación.

Quienes les conocían los recibieron con cariño de hijo agradecido, quienes no, no tardaron en quererlos. Les recibió el licenciado Alexey Quesada González, director de la escuela, gran amante de la historia, quien contó que la ESBU cuenta con una matrícula de 307 estudiantes, habló de las necesidades que imperan, como el déficit de maestros, en asignaturas clave como Historia y Educación Cívica. Explicó cómo se distribuyen los profesores que están para garantizar la cobertura docente a pesar de los problemas, que no impiden que se eduque con calidad y amor.

En sus aulas se aprecia la inclusión que caracteriza la educación revolucionaria, teniendo estudiantes de diversas condiciones de salud, todos con atención.

Foto: Bernardo Enrique Musibay Hernández

Del padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, hablaban los alumnos con el Msc Roilán Rodríguez, de Julio Antonio Mella y su Tina Modotti, de la historia y el estrecho vínculo con el sentimiento. Curiosos alzaban las manos los alumnos, Diego Alejandro del grupo 9no 11 ansioso por demostrar cuánto gusta de la historia respondía complacido toda pregunta, y las hacía. Otros dos, Raciel y Karen, se saben amantes de la poesía, y pedían escuchar algunos de los versos que Rubén Martínez Villena escribiera. Los ojos humedecidos de algunos mostraban la sensibilidad que los jóvenes poseen.

Foto: Bernardo Enrique Musibay Hernández

Y, ¡qué grandiosa casualidad la de la vida, que hasta los nombres de los más pequeños, albergan historias gloriosas! ¿Cuántos se llaman Alejandro? preguntó el profe, como de cariño se le dice al excelso Roilán: cuatro, cinco, seis alzan sus manos ¿Saben de Alejandro Magno? unos no, otros sí, los que sí, sabían que no solo era un conquistador, sino altísimo hombre que durante su juventud sorprendía a los más experimentados generales. Y, ¿saben de Fidel Alejandro Castro Ruz? ¡Sí! dijeron todos, "¿cómo no saber si todos los días lo tenemos presente?", decía el animoso Diego Alejandro.

Foto: Bernardo Enrique Musibay Hernández

Caminaban los visitantes por los pasillos de la escuela, y todo era arte, cultura, sentimiento profundo en cada creación heroica de esas niñas y niños. Se acerca una con varios pequeños papeles, regalo bello por lo humilde: un dibujo de una alumna que a la Escuela "Eduardo García Delgado" da la bienvenida.

Y ante el problema, la solución sensible, pues vino el representante del PCC provincial con un joven dispuesto a, a través de la tarea Educando por Amor, a dar clases en esas aulas.

Estas visitas, que no se detendrán, responden a las estrategias tomadas por el PCC para impulsar la educación. La historia, como expresó el miembro del buró provincial del Partido: "es un eterno retorno".

Hoy el día fue más bello, pues fueron tocadas las fibras más sensibles de la juventud, porque hay profesor nuevo, porque hay un futuro.

Foto: Bernardo Enrique Musibay Hernández

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