Aunque tengan pedales, no todos los medios con motores de corriente clasifican como bicicletas eléctricas. Para que lo sean, el motor no debe superar los 250 watts de potencia ni alcanzar velocidades superiores a los 25 Km/h, y se activa únicamente con pedaleo.

Al respecto, el teniente coronel Jerthy Soler Torres, jefe de la Unidad Especializada de Licencia de Conducción y Registro de Vehículos, de La Habana, es claro y tajante: “Los vehículos con estas características o apariencia, que no cumplen con los requisitos detallados son considerados ciclomotores, sus dueños están obligados a inscribirlas en el Registro de Vehículos y los conductores, a sacar la licencia de conducción correspondiente, en este caso la A-1”.

Teniente coronel Jerthy Soler Torres: “En el 2019, solo en la capital, 8l 725 personas habían sacado licencia, categoría A-1, ya en el 2022, ascendió a 5 363. Bueno, pero todavía insuficiente”. Foto: Elías Argudín Sánchez

Cuando, en el 2019, lanzaron la convocatoria para que las también llamadas motorinas fueran oficialmente legalizadas, según cálculos de entonces, unas 300 000 rodaban a todo lo largo y ancho de la Isla, sin embargo, transcurrido tres años, exclusivamente el 40% de sus propietarios han respondido al llamamiento.

“Al cierre de 2022 la cifra de concurrentes ascendía a 22 329, de los cuales el 99% se ajustaban a las exigencias y pudieron registrar el medio de transporte”, precisó Soler Torres.

Entre las principales causas excluyentes aparecen la no homologación del ciclomotor, condiciones técnicas que hacen riesgosa la circulación y irregularidades registrales, en cuyo caso se procede a abrir expediente investigativo.

Durante el intercambio, en exclusiva con Tribuna de La Habana, Soler Torres, advierte que tales disposiciones no obedecen ni a caprichos personales ni institucionales. Son el resultado de un necesario ordenamiento, a partir del incremento sustancial de la presencia de este tipo de vehículos en toda la Isla, en particular la capital; su participación creciente en los accidentes viales, la mayoría delas veces como factor desencadénate y con consecuencias muy lamentables, además de la ocurrencia -en ascenso- de hechos delictivos asociados a ellos.

El teniente coronel Carlos Lastre Rodríguez, segundo jefe de la Unidad Provincial de Regulación Operativa, unió voces a Soler Torre, para poner a dúo par de ejemplos ilustrativos:

El parque vehicular del país, atendiendo al tipo de poseedor, hasta hace muy poco –dijeron- mantenía más o menos un equilibrio entre las personas jurídicas (estatales) y las naturales (particulares). A partir de la irrupción de las motorinas en el panorama nacional ha empezado a romperse la paridad, a favor del sector privado. El número vehículos, en general, pasó de unos 700 000 a más de un millón, en relativamente poco tiempo, y los ciclomotores transitaron de la inexistencia al tercer lugar entre los de mayor presencia en calles y carreteras de la Isla, sobre todo en La Habana.

En cuanto a los percances viales, apuntaron que en la época de restricción de movimientos, como una medida de contención a la COVID-19, disminuyeron los accidentes en general, y lo hicieron en los tres indicadores fundamentales (hechos, muertos y fallecidos), sin embargo, aquellos dados con participación de motorinas aumentaron en hecho, lesionados y fallecidos.

Con la vuelta a la relativa normalidad, en el 2022, hubo un repunte, en general, pero en el caso de los ciclomotores, tuvieron participación en mil 500 descalabros, en los cuales resultaron 56 fallecidos y casi mil heridos. En la capital, el incremento de motos y ciclomotores durante la esa etapa fue de 50 mil, y participaron el 36% de los tres mil 601 percances.

¿Las causas fundamentales?

Ambos especialistas coinciden en señalar conducir sin licencia (desconocimiento de las regulaciones y falta de cultura vial), no empleo del casco protector o uso inadecuado, por parte del conductor, el pasajero o ambos; cambio de senda sin hacer la debida señal, transitar en sentido contrario, zigzagueo entre vehículos, sobrecargas y exceso de pasajeros (a veces niños sin casco o uno que parece de juguete), entre otras.

Por su parte, el jefe de la Unidad Provincial Especializada de Licencia de Conducción y Registro de Vehículos añade otras puntualizaciones necesarias:
“La A-1 es la categoría de licencia exigida en el caso de las motorinas. Si se tratara de una moto, la A, cuya posesión facultad al poseedor para conducir ambos tipos de ciclos, con la salvedad de que para obtener tal categoría, el examen práctico deberá hacerse en una moto de combustión y cambios de velocidad”.

Resumo algunas otras salvedades que hizo:

En la capital existen cuatro centros para el registro de los vehículos, con carácter regional (atiende a los residentes en el la localidad en la cual está enclavada y los municipios de los alrededores). Los turnos para la inscripción se sacan vía telefónica (día y hora para evitar aglomeraciones). En cada lugar se han habilitado dos números telefónicos (a veces ocupados porque son muchas las personas que llaman). Las funcionarias interactúan con los usuarios para indicarles los documentos necesarios, según sea el caso.

Resulta importar saber que en marzo los agentes del orden iniciaran una suerte de periodo de gracia, durante el cual, en un tiempo todavía por definir se dirigirán a los conductores de motorinas sin registrar y aquellos que además no tengan la licencia que les faculta para hacerlo, y les darán orientaciones y le apercibirán. Una vez concluido, pasarán al enfrentamiento.

Soler Torres aclaró que los sellos de timbre necesarios para hacer el registro pueden comprarse en línea, accediendo a Transfermóvil, y de las opciones que se ofrecen, marcan en la correspondiente a trámites del MININT, y luego, llegado el momento, ya en la oficina hacer la acreditación mediante la misma aplicación.

Al hacer referencia a los beneficios asociados al registro de los vehículos mencionó la información que queda registrada y archivada, la cual mucho puede ayudar a la hora de las investigaciones en caso de delito, y también el hecho de que al estar obligado a poseer licencia de conducción, sacarla implica estudio y adiestramiento, y con ello disminuyen las posibilidades de verse involucrado en accidentes.

Finalmente alertó acerca de una práctica nociva que ha empezado a ganar terreno: Personas que ya han registrado su motorina, pero en interés de hacer una venta más rápida, le retiran la matrícula (chapa), con lo cual se evitan las gestiones legales y los impuestos correspondientes, pero quien compra se perjudica al tener en posesión un medio que oficialmente pertenece a otro.


CENTRO No. 1 San Felipe y Villanueva (La Habana Vieja): Telef. 7 866 5707/ 7 866 5781.
Atiende Cerro, Plaza, Centro Habana y La Habana Vieja.

CENTRO No. 2 Primera y 12, Playa. Telef. 7 209 3727/ 7 206 9114
Atiende: Playa, Marianao y La Lisa

CENTRO No. 3 Ave. de 10 de Octubre y Calle Mario (Café Colón, Arroyo Naranjo). Telef. 7 699 7563/ 7 690 0704
Atiende: Arroyo Naranjo, Diez de Octubre y Boyeros

CENTRO No. 4 Vía Blanca y Calle Dolores (Guanabacoa.
Telef. 7 7974 781/ 7 7937 455
Atiende: Regla, Guanabacoa, San Miguel, Cotorro y La Habana del Este.

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