Para tomar el pulso de la opinión pública en La Habana solo basta andar sus calles, viajar en un ómnibus, detenerse ante la llamada de atención de los inspectores de transporte para apoyar el traslado de pasajeros, realizar las gestiones pertinentes de cada jornada en la cual siempre puede escucharse el abordaje de un tema recurrente o de interés económico, por citar un ejemplo, debido a su influencia directa con la vida de los ciudadanos.

Esta mañana no resultó diferente. Solo que el tema tiene una relación directa con la voluntad de elegir y el derecho de proponer a quienes nos representarán como delegados en estas elecciones municipales del Poder Popular.

Se trata de un proceso de construcción soberana en la cual participamos todos los ciudadanos con el propósito de refrendar los intereses de una nación dispuesta a continuar el objetivo de fortalecer un sistema de gobierno verdaderamente democrático en medio de una situación real de bloqueo, sí, de guerra mediática, sí, y de agresiones directas en las medidas (243) de reforzamiento de la política genocida del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, causante directo de muchos de los problemas que nos obligan a realizar enormes inversiones para garantizar la vitalidad del país.

Foto: Archivo de Tribuna de La Habana

Es una realidad que se fundamenta en los principios inculcados por Fidel cuando en fecha temprana y en una de las etapas más difíciles para Cuba aclaraba: “(…) cuando aceptamos el enorme desafío de las elecciones en el período especial y con el voto directo de los diputados, estábamos abriendo un camino enteramente nuevo, estábamos llevando a cabo una experiencia que pienso que no se ha realizado en ningún otro sitio. Habíamos alcanzado un proceso de perfeccionamiento del Poder Popular en un grado verdaderamente muy alto, (…).

“El desafío era grande, porque tenían lugar cambios profundos en la forma de elegir nuestros Órganos del Poder Popular, no en la base, sino ya en las asambleas provinciales y en la Asamblea Nacional, cuando tomamos la decisión, por recomendación del propio Partido, de utilizar el método de la elección directa de los delegados a las asambleas provinciales y de los diputados nacionales (…)”.

El camino andado hasta la fecha nos llevó a enfrentar nuevos avatares que sacuden a la sociedad cubana como resultado del recrudecimiento de la guerra mediática contra Cuba, en medio de una situación de crisis global, que nos obliga a resistir tales embates en condiciones mucho más cruentas cuando se trata de adquirir los recursos necesarios en los mercados foráneos.

La voluntad de elegir a un delegado que nos represente a nivel de municipio es el derecho a continuar labrando nuestro propio futuro como pueblo, conocedores de los designios establecidos en la estrategia injerencista norteamericana de promover el desánimo y la renuncia a sostener lo logrado, estimular las individualidades y no los esfuerzos de la mayoría que somos millones; lo cual ratifica el compromiso de garantizar la unidad como única variable para alcanzar la continuidad del socialismo que defendemos.

Foto: Cartel

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La voluntad de elegir