El ajetreo de esta mañana corrobora lo participación de la familia en el referendo para un Código que se ya se conoce popularmente, como el Código del amor. Precisamente este domingo, en la prueba dinámica, se ultiman los detalles de la herramienta legal que garantizará la inclusión de todas las personas con respeto al derecho a establecer una estructura por la cual decidieron al momento de formar una familia.
De modo que en ese documento están preservados valores como el respeto mutuo, la lealtad, la solidaridad, la asistencia recíproca, y el afecto entre sus miembros. Así se pudo comprobar este sábado durante los preparativos para efectuar la prueba dinámica en la sede donde funcionará el colegio electoral número dos de la circunscripción seis, del consejo popular Rampa, en el municipio de Plaza de la Revolución, donde justo –mientras usted lee estas líneas– se encuentran sus electores.
Previamente, la presidenta de la mesa electoral, Ada Suárez Pérez, revisaba -junto a los otros cuatro miembros del colegio- el documento con las regulaciones establecidas para la votación y el listado de los vecinos que tendrán derecho a ejercer el sufragio. Precisaron, al detalle, los casos que tienen algún
impedimento físico para asistir al colegio y a los cuales se les garantizará el derecho constitucional de ejercer el voto desde sus moradas.
En el local, engalanado con los símbolos patrios, ya ejercieron el sufragio los primeros ciudadanos, con las garantías de la privacidad para hacer valer su decisión de manera individual y secreta con total privacidad.
Se encuentran listos los medios de comunicación imprescindibles para transmitir los resultados del conteo final.
Ese proceso de validación de las boletas podrá ser presenciado por cualquier ciudadano, lo que ratifica el carácter democrático del proceso.
Previamente se instruyó a los ocho jóvenes que arribaron recientemente a los 16 años de edad y ejercerán su derecho constitucional por primera vez. Ese segmento poblacional estará representado en la mesa electoral por Sergio Aguirre Echavarría, quien a sus 18 años se siente “muy motivado por la responsabilidad que se le ha dado, y por haberse tomado en cuenta sus derechos en ese código inclusivo que será sometido a votación popular el próximo 25 de septiembre”.
Su aprobación es una necesidad inaplazable, porque se refuerzan el afecto y la solidaridad como las plataformas y los ejes sobre los que giran las relaciones familiares, y se protegen a los más vulnerables.
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