No existe un manual para guiarnos en el compromiso que se adquiere al convertirnos en padres y madres. Eso sí, aunque, a veces no se tiene en cuenta, o se olvida, ambos tienen los mismos deberes para con los hijos.
Las mujeres estamos siendo adiestradas desde que nacemos para ser mamá. Es prácticamente un chip que se incorpora a nuestro cerebro. No sucede así con los varoncitos y de ahí, que la mayoría de los hombres acepta la idea cuando se confirma el embarazo, e incluso, muchos, cuando el bebé les lanza su tierna mirada y sienten su olor por primera vez.
Pero, ¿qué sucede cuando el papá tiene una alta responsabilidad que exige, además, horarios que le ocupan una gran parte del tiempo?
A Yojanier Sierra Infante le ha tocado compartir la doble función de ser padre y presidente del Tribunal Provincial Popular de La Habana.
Tribuna de La Habana conversó con este afable e impetuoso joven con el que basta solo un breve intercambio para descubrir una personalidad multifacética, capaz de impregnar al talento de di-rigir, el entusiasmo.
¿Qué sintió cuando recibió la noticia del embarazo?
-Fui padre por primera vez a los 33 años. El embarazo del primero de mis hijos no fue planificado, pero llegó y fue el mejor regalo. El día de la noticia me encontraba trabajando en la provincia de Pinar del Río, y recuerdo que sentí una gran sensación con una mezcla de alegría y felicidad cuando mi esposa me dio la noticia.
"El segundo llegó tres años después, también sin avisar. Habíamos pensado tener un solo hijo y en ese momento, sentimos mucha incertidumbre, pero había que tomar una decisión, afortunadamente, adopta-mos la más correcta, así llegó el más mimado de la casa; ese segundo regalo no lo podíamos perder. El nacimiento de ambos provocó emociones inigualables en mí, sinceramente, ahora mismo, indescriptibles".

¿Cómo asumió los cambios en su vida el saberse papá? Defina el antes y el después.
-Siempre hay un antes y un después de ser padre, sobre todo, cuando uno se propone ser el mejor padre del mundo, y todos los días se levanta con la aspiración y el empeño de lograrlo. Antes pensaba en mi esposa, la familia y el trabajo; hoy, el centro de todo son mis hijos. Se han convertido en el principio y fin de cada meta, tienen el puesto de ho-nor. Nunca más he dormido la noche completa, ya no son para mí los dulces, caramelos que me regalan, ellos son la prioridad en todo.
"Pocos me preguntan cómo estoy, sino como están ellos. El lugar privilegiado en la mesa, la sala y hasta en la cama ya no es mío ni de su mamá, ellos lo disputan y lo conquistan. Cuentan con la complicidad de la abuela y casi siempre llevo las de perder. No me siento igual al salir a enfrentar las responsabilidades del día, si no hay un abrazo y un beso de cada uno. Por eso digo que la vida me cambió y lo hizo para bien".
Teniendo en cuenta el meritorio reconocimiento provincial a su trabajo, seleccionado, incluso, como mejor jurista del año, ¿cómo logra equilibrar la alta responsabilidad que emana de su profesión con su papel de padre?
-Es complicado y muy difícil, porque esta alta responsabilidad laboral me ocupa demasiado tiempo y no dispongo de muchos momentos para estar junto a ellos, al menos, no todo el que se debe, y que yo quisiera. Es un reto para mí buscar el espacio para estar con ellos. Muchas veces, el horario de mi descanso es para jugar, conversar, pelearles, ver muñequitos… Hasta los siento conmigo junto a mí, cuando tengo necesidad de trabajar en casa, y los entretengo con una hoja y un bolígrafo. Esto implica estar atento para que no se vaya una agenda o un documento con un dibujo de un dinosaurio o un dragón.

"Es cierto que el trabajo me limita estar más con ellos, pero cada empeño, obstáculo, meta, tropiezo, alegría, satisfacción en este campo, lo asumo con la convicción de que son ellos mi inspiración, y a su futuro debo ponerles ganas todos los días en mi desempeño. Quiero al final de mis días, cuando el destino dicte la sentencia que me corresponda, que en ella salga absuelto por haber sido el mejor padre del mundo, y que ellos, así lo hayan sentido siempre. Mis hijos son mí gran proyecto de vida, lograr que sean hombres de bien, de ley, de justicia, es mí mayor deseo y ahí va mi empeño, aunque su mamá, mi esposa, siempre me supere".
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Me encantó esta entrevista, gracias