“Fue un ruido muy potente. Recuerdo que el estallido me levantó automáticamente del asiento. Y quedé aturdido", dijo a este periodista Kamil Llanez Perdomo, estudiante del grado sexto de la escuela Concepción Arenal, colindante con el Hotel Saratoga.
"Después todo se volvió confuso. Unos gritaban, otros querían darse a la precipitada para abandonar el local. La maestra Yudelkis aunque asustada guardó la compostura y eso ayudó a calmarnos.
Mi intención, lo confieso, fue salir corriendo, yo también estaba asustado, pero recordé que mi padre me ha advertido siempre que en situaciones de desastre lo más importante es preservar la tranquilidad.

"Entonces escuché la sirena de los bomberos y me dije ¡qué rápido llegaron! Habían trascurrido apenas unos minutos y ya estaban ahí.
"A partir de ese instante comenzamos a abandonar organizadamente la escuela. En mi aula no hubo heridos, pero a mi alrededor vi compañeritos ensangrentados y adoloridos y eso me afectó muchísimo. Son imágenes que creo no voy a olvidar nunca. Ayudé a la maestra en la evacuación por eso fuimos de los últimos en salir.
"En la calle sentí un escalofrío inmenso. Había mucha destrucción, escombros, gente temerosa a una segunda explosión, seres humanos bajo esa enorme mole de piedras y hierros. Quizás por eso, a pesar del peligro, la gente se volcó a auxiliar a los heridos desoyendo las advertencias de las autoridades y de los bomberos que trataban de imponer el orden”.
En Kamil Llanez, un niño de apenas 12 años, se observa la estirpe de los buenos cubanos. Sintió miedo, cómo no iba a hacerlo si una potente explosión cortó de cuajo la rutina de sus días y lo enfrentó a los graves avatares de la vida, sin embargo, supo imponerse al terror paralizante y ayudar incluso a sus compañeros.
Hoy, confiesa, mientras recapitula lo sucedido, todavía tiene presente las imágenes de horror vividas y el sonido de la explosión que no lo dejó dormir, pero a la vez asegura sentirse agradecido de la actuación de “los mayores” y sobre todo de aquellos bomberos que en apenas unos minutos comenzaron a salvar vidas, y de las ambulancias cuyas sirenas eran la inmediata respuesta de un pueblo organizado y listo para enfrentar cualquier contingencia.
"No hice nada extraordinario, solo ayudar en lo que pude".
Ver además:
Muy triste esas historias narradas por los niños, qué niño más valiente, sintió miedo es lógico, pero ayudó a los demás a salir
Familia, concepto y eslabón fundamental, las palabras del menor conmueven a millones de cubanos y el mundo , apreciamos su formación,valentía y el sentimiento que tiene ese guerrero, enfrentando con mucho coraje ese momento. Que a pesar de sentirse impactado por esa evidencia ocular que nunca borrará de su mente, dío el SÍ , solo con el hecho de continuar ayudando a su mmaestra y al resto de sus compañeros. ASÍ SON LOS CUBANOS EJEMPLO ANTE EL MUNDO, nos caracteriza, la unidad, solidaridad ,valentía, cubanía, y la defensa de nuestro país , en cualquier escenario.CUBA VIVE Y TRABAJA... VIVAN NUESTROS NIÑOS.