Este miércoles 9 de marzo, como parte de los acuerdos de cooperación suscritos entre la Unión Europea (UE) y el Gobierno de La Habana en el 2020 para el enfrentamiento a la COVID-19, fueron dados a conocer los resultados de uno de los dos proyectos que finaliza su etapa en el presente mes.

Se trata de las iniciativas “Cuidando a las personas mayores en tiempos de COVID-19: sistemas de protección social y sanitaria resilientes en los municipios de La Habana”, con la participación de la ONG europea WeWorld GVC Onlus y la Sociedad Cubana de Gerontología y Geriatría (SCGyG), junto al Gobierno Provincial de la capital; mientras que “Incrementar las medidas de prevención y enfrentamiento contra la Covid-19 en Cuba”, que según se conoció estará concluyendo próximamente con la importación de una planta de esterilización, ha sido ejecutado por el Movimiento por la Paz (MPDL), la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, la Sociedad Cubana de Bioingeniería y el Centro de Neurociencias de Cuba (CNEURO). En ambos casos, con el acompañamiento del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (MINCEX) en representación del Gobierno de la República de Cuba.

Estos acuerdos desarrollaron una asociación con una única campaña comunicacional, denominada “Tejiendo alianzas entre la Sociedad Civil Europea y las Sociedades Científicas Cubanas de la Salud para el enfrentamiento a la Covid-19”.

Entre las actividades y resultados presentados sobre el primer proyecto, que se desarrolla desde junio de 2020, destacan la mejoría en la atención a personas mayores en situación de vulnerabilidad en sus domicilios y en los centros especializados, fundamentalmente en la prevención y contención de la pandemia, en correspondencia con el Plan Nacional diseñado por el Ministerio de Salud Pública de Cuba para la prevención y control del nuevo coronavirus.

De igual forma, se fortalecieron 35 hogares de ancianos y el Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED), con equipamiento como camas con barandillas, colchones para prevención de las úlceras por presión, sillones para acompañantes, sillas de ruedas y sanitarias, entre otros.

Se distribuyeron tablets para la atención psicológica a personas mayores de centros asistenciales y de la comunidad; se adquirieron medicamentos para personas mayores (antidepresivos y neurolépticos atípicos) y marcadores inmunológicos dirigidos al Instituto Finlay y el Centro Nacional de Biopreparados (Biocen). 

Fue distribuida ayuda técnica como: andadores con ruedas, bastones cuadrúpedos y simples, publicación de material orientador dirigido a cuidadores, sobre atención no farmacológica a las personas mayores dependientes, cuidado y autocuidado de sujetos con demencia, además de dos cursos de capacitación.

Se fortalecieron servicios existentes y activaron otros nuevos, y al mismo tiempo, se recibió un ultrasonido de altas prestaciones y accesorios para mejorar el diagnóstico de las principales patologías para este sector poblacional.

Luis Carlos Góngora Domínguez, jefe de Comercio Exterior y Relaciones Internacionales del Gobierno de La Habana. Foto: Ariel Sampedro

Según datos ofrecidos este proyecto benefició a 3619 personas de hogares de ancianos, 1200 personas mayores de centros diurnos, 470 personas mayores con tratamiento de hipoacusia (prótesis auditivas), además de que fueron capacitados 160 profesionales y personal de los hogares de ancianos, y se incrementó el servicio de diagnóstico en el CITED con la adquisición del ultrasonido.

Luis Carlos Góngora Domínguez, director de Comercio Exterior y Relaciones Internacionales del Gobierno de La Habana, resaltó que estos dos proyectos de colaboración surgen de manera paralela y similar, al que se vincularon diferentes instituciones del sistema de Salud Pública cubano y el gobierno en su tramitación, formando parte del proyecto y aportando también otros fondos, todo lo cual es ejemplo de trabajo, de la unidad  de los diferentes factores, con una respuesta inmediata, construyendo espacios físicos para los nuevos equipamientos.

Los proyectos se apoyaron en realidades existentes en el país, y en el CITED. Los fondos se situaron en los lugares que lo requerían, en problemas del momento y la preparación de capacidades para enfrentar la pandemia, destacó Góngora Domínguez, y añadió que los mismos han dado una determinada independencia tecnológica al país. Puso como ejemplo que hoy Cuba produce los hisopos que hacen falta para la toma de PCR y otras pruebas, con una capacidad tecnológica que da respuesta a determinadas necesidades del país.

Dra. Liliam Rodríguez Rivera, directora del CITED y vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Geriatría. Foto: Ariel Sampedro

Una verdadera enseñanza como describió Lilli Marinello, representante de la ONG WeWorld GVC Onlus en Cuba, lo que demuestra la capacidad de las instituciones cubanas de interactuar, lo que coadyuvó a un mayor impacto en los proyectos. Subrayó que aunque han sido casi de emergencia, dejan beneficios permanentes, por ejemplo, los apoyos a los hogares se mantendrán en el tiempo, así como el fortalecimiento de las capacidades del CITED, centro de referencia a nivel nacional, y ponderó también, el agradecimiento a la UE por la confianza depositada.

Por su parte, la Dra. Liliam Rodríguez Rivera, directora del CITED y vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Geriatría, se refirió a algunas estadísticas que reflejan una velocidad extraordinaria de envejecimiento de nuestra población. Al cierre del 31 de diciembre de 2020, Cuba cerró con el 21.3 % de personas mayores, que representa de los 11 millones de la población cubana, más de dos millones de adultos mayores.

Juan Garay, jefe de Cooperación de la UE en Cuba. Foto: Ariel Sampedro

Asimismo subrayó que según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), para el cierre de 2021 ya el por ciento de adultos mayores es de 21,9%. La sociedad en general tiene un compromiso, hay que también pensar en cambiar las maneras en que vivimos y pensamos el envejecimiento, los estereotipos y estigmas, dijo Rodríguez Rivera.

De igual forma, subrayó, hay que atender y seguir cuidando a las personas mayores, que han sufrido los efectos de la pandemia como el alto costo físico, emocional y social, “…las personas mayores aumentaron su depresión, tienen trastornos de ansiedad, de sueño…”.

Asimismo, explicó, en mayo del 2020, la Organización de las Naciones Unidas lanzó la propuesta del decenio 2020-2030, década del envejecimiento saludable, acción catalizadora y conjunta, donde la sociedad civil, las instituciones académicas y el gobierno, se comprometen a trabajar por la seguridad, equidad y el envejecimiento saludable, y concluyó Rodríguez Rivera, que “todo lo que hagamos hoy por nuestras personas mayores también lo estamos haciendo por nosotros mismos”.

Lilli Marinello, representante de la ONG WeWorld GVC Onlus en Cuba. Foto: Ariel Sampedro

Por su parte, Juan Garay, jefe de cooperación de la UE en Cuba significó cómo en los proyectos, lo más importante son las personas. 

“Una sociedad que protege mucho a sus niños, y en eso sabe Cuba también, sabe mirar hacia el futuro, esos niños que crecen con cuidados y valores, es el futuro de cualquier sociedad, pero una sociedad que cuida de sus mayores, que les honra, viven en gratitud con lo más importante, el legado que nos han dejado nuestros mayores.

“Hay algo que no sale en las estadísticas, que produce dolor y que cada vez es mayor la cantidad de personas mayores que viven y mueren solas. Honrar a los mayores, acompañarles y darles cariño es lo más digno que pueda hacer una sociedad, pues vincula nuestra identidad al pasado, con el legado que vamos a dar a nuestros hijos. La vida es muy diferente después de la Covid-19. El mundo ha reaccionado de una manera que se tardará años en entenderlo, ha develado grandes injusticias, grandes insensibilidades que se tienen y en las que se debe reflexionar, por eso son tan importantes estos dos programas porque se vinculan entre ellos y con otros”.

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