Son nuestros maestros y maestras, silenciosos hacedores de almas, héroes anónimos que a diario van conformando las nuevas generaciones, garantizando, el futuro del país. Ha de honrárseles como buenos, y darles cobija en el pecho, y mantener un lugar cálido donde su recuerdo tenga refugio seguro, porque, de una forma u otra, todos somos frutos de sus enseñanzas.

Este 9 de marzo, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, se entregaron el Premio Nacional de Pedagogía, y el de Pedagogo Novel, de los años 2020 y 2021, a un grupo de valiosos profesores. Minutos antes de comenzar la ceremonia, los asistentes al acto guardaron un minuto de silencio por todos “los educadores que durante este periodo de pandemia perdieron la vida”.
Entre los que presidieron la entrega de los premios estuvieron Lira Pineiro Alonso, viceministra primera del Ministerio de Educación; Niurka María González, secretaria general del Sindicato de Educación; Alba Rosa Hernández, funcionaria del Departamento de Educación y Deportes del Comité Central del Partido.
El premio de Pedagogo Novel 2020 le fue entregado al doctor en Ciencias Alejandro Hernández Álvarez y al doctor en Ciencias Eusebio Eber León, mientras que los de 2021 correspondieron a la doctora Lena Alonso, al doctor Batista Bárbara Fernández, y la doctora Claudia Gurriel Pérez.
Los galardonados con el Premio Nacional de Pedagogía en el 2020 fueron: doctor en Ciencias Gilberto Andrés García Batista; doctora en Ciencias Vivian Estévez. Los correspondientes al año 2021 les fueron otorgados a la doctora en Ciencias Pedagógicas Tania del Carmen, doctor en Ciencias Pedagógicas, Lissette Jiménez Sánchez, y al doctor en Ciencias Pedagógicas Tomás castillo Estrella.
El doctor en Ciencias Gilberto Castillo García Batista, presidente de la Asociación de Pedagogos de Cuba, APC, al pronunciar las palabras centrales de la ceremonia de premiación, reconoció la activa participación de la mujer en todas las tareas de la Revolución, incluida la actividad pedagógica, al tiempo que manifestó la convicción de dar continuidad a las proyecciones del magisterio cubano. Igualmente, expresó: “Los premiados hoy aquí son dignos representantes del desarrollo alcanzado por las ciencias de la educación, y el compromiso contraído con la Revolución y la comunidad científica, de la realidad objetiva”.
Con el Himno de las Universidades terminó la ceremonia, dedicada a premiar el quehacer de un grupo de hombres y mujeres que se han consagrado a la noble tarea del magisterio. Grande es el compromiso de los maestros, quienes tienen en sus manos el futuro de la nación. De su capacidad para llegar a sus educandos depende, en buena medida, que Cuba siga desarrollándose cada día más, logrando hacer valederas las palabras de Fidel de hacer del futuro de nuestra Patria, un futuro de hombres de ciencias.
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