Tania Lara Ibáñez mira a su alrededor y ve orden. Cada elemento en su lugar, las paredes pintadas, los registros en los estantes, todavía con olor a madera. Los detalles le recuerdan que, hasta hace poco, el panorama era otro.

La Oficoda (Oficina de Registro de Consumidores) No. 47 del municipio de Diez de Octubre, fue una de las beneficiadas por el programa de rehabilitación de los barrios. Falta que le hacía. “Las condiciones eran pésimas: muebles, iluminación, baño –teníamos que pedirles agua a los vecinos–, y todo...”, recuerdan Tania y Flor María Cárdenas, con 30 y 22 años de trabajo en la Oficoda, respectivamente.

La misión le fue asignada a entidades del grupo empresarial Tabacuba. “Estamos contentas y cómodas para trabajar y atender al público”, comentó Lara, al frente del colectivo, que atiende 17 385 núcleos. Fue como un rabo de nube: sustitución de sillas y estantes, pintura de paredes y ventiladores y reparación del baño.

Foto: Raquel Sierra

LO QUE NO SE VE

Alguna vez en la vida, nos toca realizar este tipo de trámite. El trabajo es manual y deben actualizar, mes por mes, el llamado “dato de Oficoda” a los suministradores para evitar que alguien quede sin determinado producto.

Durante 2021, a partir de julio, la labor se complejizó con el proceso de otorgamiento de las libretas excepcionales. “Se pensó que era una pequeña cantidad, pero fueron muchas personas, tuvimos que hacer verificaciones, porque algunos querían inventar”, dijo Lara Ibáñez. Todo eso, en medio de la construcción y el ajetreo habitual.

Según Glennis González Almaguer, directora estatal de Comercio en la capital, esa dirección, encargada de velar por el cumplimiento de las políticas, a su vez dirige las Oficinas de Registro de Consumidores (ORC, Oficodas).

El pasado año, dijo, asumieron varios procesos: primero, la depuración de consumidores que ya no están en el país. Luego, por la restricción de la movilidad por la pandemia, la posibilidad que dio la resolución 96 del Ministerio del Comercio Interior de facilitar la adquisición de la canasta básica a personas que están residiendo en la capital.

En La Habana se crearon 22 570 núcleos, con unos 48 149 consumidores, los cuales podrán recibir su canasta básica aquí hasta el cierre de noviembre del año 2022, dijo.

Foto: Raquel Sierra

NO CEJAR EN EL EMPEÑO

Lo que sucedió en la Oficoda No. 47 se repitió luego en el reparto Camilo Cienfuegos, en La Habana del Este. Según González Almaguer, estas unidades se encuentran en un proceso de dignificación, que incluye mejoras en las condiciones de trabajo y del control interno.

La ciudad tiene 63 oficinas, de ellas 15 municipales. Según el levantamiento realizado, de manera general, el estado de los inmuebles es malo, reveló la directora.

Ante ello, en 2022, proyectan iniciar la reparación de varias Oficodas, mediante un contrato con una empresa de proyectos, con prioridad para aquellas cuyo estado constructivo es más crítico, entre ellas instalaciones ubicadas en La Lisa, incluida Punta Brava; San Miguel del Padrón, Regla, Boyeros, La Habana Vieja y Centro Habana. El programa continuará “para lograr, en el futuro, lo que tanto queremos, la informatización”.

INFORMATIZAR, UNA PARTE DEL ASUNTO

Las quejas por maltrato y una atención inadecuada están en la mira. “Vemos las insatisfacciones como una debilidad, pues no en todos los escenarios se dan las respuestas y soluciones debidas. Nos concentramos en la capacitación y evaluando un procedimiento para minimizar los trámites”, apuntó la directora.

Por otra parte, aunque no con los resultados esperados, está en marcha el proceso de informatización, con varias oficinas digitalizadas en municipios como Plaza de la Revolución, Arroyo Naranjo, Cotorro, La Habana del Este y Centro Habana. “En dependencia de la disponibilidad de equipos de cómputo, tendremos la posibilidad de informatizar progresivamente el resto”, dijo.

El proceso de informatización requiere capacitar al personal –cuyo promedio de edad sobrepasa los 50 años–, y hacer atractiva esta labor para captar jóvenes. “La digitalización, con una herramienta web propia, OREGI, debe tanto facilitar la información a los suministradores, como agilizar los trámites de las personas”.

La directora señala que la creación de condiciones laborales y el rescate de valores, deben conducir a una buena atención a las personas. Aunque parezca de película, además de la reparación de las feas oficinas de hoy, se espera que en el futuro puedan hacerse trámites mediante la telefonía móvil y solo tener que recoger el papel. Todo eso anda en marcha ya. Mientras, se requiere la respuesta educada, la paciencia y el trato afable. No cuesta.

Según vecinos, por desgracia, personas indisciplinadas han tratado de arrancar el sello que identifica a la Oficoda como recuperada, o dejan sus huellas en las paredes. Contra eso, la respuesta debe ser de todos.

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