Arnoldo Carreño no cree en la distancia del tiempo. Han transcurrido 40 años y cuando habla de sus vivencias de entonces, pareciera que El Guajiro, como lo bautizó para siempre el Comandante en Jefe Fidel Castro, vuelve a sus andanzas en la vaquería #5 de la granja La Victoria, en la Isla de la Juventud.

En ese lugar ganó su premio mayor: asumir el ordeño de Ubre Blanca, la vaca campeona que batió varios récords Guinness, con una producción lechera sin precedentes, hasta alcanzar los 110.9 litros en un día.

Sus siempre esperadas anécdotas amenizaron la inauguración de una muestra transitoria en el Museo Nacional de la Medicina Veterinaria, donde se expone, entre otras atracciones, una maqueta de La Victoria, que a muchos hizo evocar su fructífero vinculo con ese escenario.

La doctora en Ciencias Mayda Verde dona a la directora del museo Dayamí Cabrera, pertenencias de su compañero de la vida Jorge Hernández Blanco. Foto: Perla Rosales

La directora de la institución, Dayamí Cabrera González, comentó que la pieza del artista Julio Fernández Díaz, fue entregada al Líder Histórico de la Revolución Cubana en nombre de los trabajadores de la vaquería, cuando la ubre más portentosa de Cuba alcanzara su memorable hazaña.

Indicó que la apertura se dedica a recordar, por ejemplo, la obra del doctor Jorge Hernández Blanco, Yoyi, médico de cabecera del rumiante, quien junto a otros trabajadores, técnicos y especialistas contribuyó a su adecuado manejo.

La compañera de vida de Yoyi, la doctora en Ciencias Mayda Verde, donó algunas pertenencias del prestigioso profesional, que ilustran sus aportes científicos a la Medicina veterinaria en la nación caribeña.

Se exponen, además, objetos y documentos entregados por otros integrantes del ramo vinculados al trabajo con Ubre Blanca y a la erradicación de la tuberculosis bovina en Cuba.

El delegado de la Agricultura en La Habana, Eddy Soca Baldoquín, convocó a los Miembros de Honor de la Asociación Cubana de Medicina Veterinaria (ACMV), filial La Habana allí presentes, a que transmitan ideas que pueden tener una gran utilidad para, desde sus experiencias y saberes, contribuir a revertir la actual situación de la actividad veterinaria, hoy deprimida por la carencia de médicos, de técnicos y de personal.

El delegado de la Agricultura en La Habana Eddy Soca (a la izquierda) recibe de manos de Silverio Tamayo copia del libro digital El millón de litros, que contiene experiencias y valiosos saberes que deben servir como referente. Foto: Perla Rosales

Por su parte, el presidente de la Asociación en la capital, José Ángel Ramírez Oriyés, remarcó la urgencia de recuperar la escuela de Carlos III, ya que La Habana no tiene universidad, ni espacios donde formar veterinarios o impartir postgrados.

Acercar a las nuevas generaciones a este museo, para que conozcan sobre lo que expone, y propiciar que las instituciones escolares de la localidad organicen allí jornadas académicas, fue el llamado de la primera secretaria del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba en Plaza de La Revolución, Leira Sánchez Valdivia.

El museo, que lleva por nombre Doctor Antonio Martínez Arredondo, está enclavado en la sede de la ACMV -calle 15, número 1011, entre 10 y 12, en El Vedado habanero- donde el visitante conocerá los pasajes más trascendentales desde que en 1907 se fundara la primera escuela del ramo hasta la actualidad, pasando por hechos, figuras y momentos entrelazados con el bienestar, no solo de los animales, sino también de los seres humanos.

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