En Picota, entre Merced y Jesús María, en el corazón del barrio de San Isidro, Idalmis Saldaña León se mueve con soltura entre la sala y el patio, en un oficio que le reporta ingresos. Es una de
las personas que en La Habana participa en el proyecto espumás, concebido para crear empleo femenino.

Estar en una silla de ruedas no me impide nada. Mi hermana y yo decidimos sumarnos y nos va superbién. Desde por la mañana estoy lavando, es la ropa que trae el barrio”, dice.

Todo comenzó luego del X Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, en 2019, a partir de planteamientos sobre necesidades de empleo y servicios en espacios rurales o apartados. “Vimos la oportunidad en unir dos temas: teníamos las lavadoras –automáticas y semiautomáticas– y el país potenciaba el trabajo por cuenta propia”, cuenta Marlene Toyo Pérez, directora general de la Empresa Industrial de Equipos y Servicios Asociados (EIESA).

“Pensamos en cuántas mujeres que, por alguna razón, no podían salir de sus casas y podrían establecer ese negocio. Se lo propusimos a la federación y aquí estamos, con 93 puntos de ESPUmás, seis de ellos en La Habana”, agregó.

De acuerdo con Anielka Fernández del Monte, miembro del secretariado nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que atiende la esfera de promoción de la mujer y atención a las familias, la empresa se acercó a la organización, como el mecanismo nacional para el adelanto de la mujer en Cuba, con una iniciativa que converge con acuerdos del congreso.

En Cuba más de un millón de mujeres no tienen un empleo, en ocasiones porque están al cuidado de adultos mayores o niños y no pueden salir de sus viviendas. El proyecto les permite convertirse en trabajadoras por cuenta propia y tener como centro laboral su casa”, dijo.

“Lo primero fue ir a las direcciones de trabajo adonde acuden quienes buscan empleo. Algunas mujeres, aceptaron; otras, no. Con el carácter humanista de la FMC, se trabajó desde la prevención y se buscaron también personas en situación de vulnerabilidad. Unidas –EIESA y la FMC–, comenzamos la experiencia en
Los Arabos, Matanzas”, apuntó. 

¿Cómo lo hacen?

Para ESPUmás, que se identifica con los colores blanco y azul, se establecieron los deberes y derechos de las partes. La EIESA garantiza las lavadoras para el arrendamiento, les vende el detergente cada tres meses, facilita los soportes de identidad del proyecto, da mantenimiento dos veces al año y asume la reparación, cuando la rotura no sea responsabilidad de la arrendataria. Por su parte, la trabajadora por cuenta propia responde por la seguridad del equipo y no puede tener deudas en la Oficina Nacional de la Administración Tributaria –ONAT–.

Daniuska Mercader Martínez, de 39 años, está vinculada a espumás desde 2020. En el reparto El Ramirito, en Santa Fe, Playa, tiene alquiladas dos lavadoras automáticas, a razón de 750 pesos al mes por cada una. Trimestralmente, tiene la posibilidad de adquirir en EIESA el detergente, con un 20 % de descuento.

Cada una de las personas asociadas al proyecto tiene la posibilidad de gestionar sus precios. Hasta el momento, los resultados de la experiencia para estas dos mujeres son favorables. “Mis clientes son mis vecinos. Esto ha favorecido al barrio, porque aquí no existía este tipo de servicio. Con ello, mejoramos la calidad de vida”, comentó Daniuska. Según Anielka Fernández, algunos consideran que la iniciativa reproduce los roles que por tradición son asignados a la mujer. “A esas personas les digo: ellas estaban en sus casas, en las tareas domésticas, sin remuneración, y ahora tienen sus ingresos, que las empoderan económicamente”.

En La Habana, la iniciativa EIESA FMC –la primera pero no la única que emprenderán– se encuentra hasta ahora en Marianao (1), La Habana Vieja (1), Arroyo Naranjo (3) y Playa (1).

El Plan de Acción del Programa para el Adelanto de las Mujeres –PAM– incluye evaluar las necesidades y posibilidades de empleo en los territorios y sectores de la economía, con el fin de trabajar con el potencial de mujeres sin vínculo laboral, con énfasis en las jóvenes. A su vez, se propone desarrollar alternativas para ampliar los servicios que se prestan a las familias, tanto en el cuidado, como los de apoyo al trabajo doméstico.

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