El pasado 25 de noviembre, justo cuando se conmemoraba el quinto aniversario de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quedó inaugurado el Centro que lleva su nombre con la participación del General de Ejército Raúl Castro Ruz, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros, entre otros dirigentes.
Enclavado en Paseo, entre 11 y 13, en el corazón del Vedado capitalino, el Centro será referencia para todos los interesados en conocer el pensamiento de Fidel. Esta casona, construida a finales del siglo XIX, perteneció a Enrique Conill, capitán del Ejército Libertador. Fue sometida a un arduo trabajo
de restauración que ha sido calificado como una verdadera proeza laboral. De esta manera, se han devuelto a su estado original elementos dañados, a partir de una rigurosa investigación histórica encabezada por las instituciones de la Oficina del Historiador pero que contó con la participación de numerosos organismos para dotar al país de un centro a la altura del legado del Comandante en Jefe.

Esta institución no pretende ser ni un museo ni un centro de estudios, sino mucho más que todo eso, una institución pública, dedicada a difundir el pensamiento y la obra de Fidel, privilegiando el trabajo
con los niños, adolescentes y jóvenes. Por el momento, y atendiendo a las medidas sanitarias, las visitas serán previa reservación, de martes a domingos, siempre con entrada gratuita. Como elemento destacado está la página web que contará con los materiales disponibles en el Centro y visitas guiadas para que todos, donde sea que se encuentren, puedan acceder de una forma u otra al saber que allí se resguarda.
Dividido en nueve salas expositivas, sala multipropósitos, sala transitoria, anfiteatro, librería y jardines, pretende abarcar todas las esferas, tanto de la obra de Fidel como de su difusión. Para esta labor se basan, pudiera decirse, en tres pilares fundamentales: historia, tecnología y emociones, presentes desde la misma entrada el visitante se encontrará con ellos a raudales. En la sala protocolar se tiene una
muestra de lo que se hallará, pues se exponen aquí algunas de las tantísimas condecoraciones recibidas por el Líder de la Revolución y un regalo especial del Presidente de la República Popular China, un busto del Comandante en Jefe. Este quizás sea el único de su tipo en Cuba, pues fue deseo expreso de Fidel que no se utilizara su imagen para bustos, tarjas o similares.
Cada sala está encabezada con una idea de Martí y Fidel sobre el mismo tema, señal inequívoca de la simbiosis entre ambos pensamientos. Así es que encontramos diferentes facetas del Líder: su infancia y juventud; la Cuba de 1953, la real, descrita con crudeza en La Historia me Absolverá; su lucha en la Sierra; su solidaridad; su pensamiento…
Dotado de la más moderna tecnología, hace posible la interacción del público con diferentes elementos, posibilitando ahondar en detalles. Pantallas y mesas interactivas permiten conocer, por ejemplo, los
viajes de Fidel, tanto fuera como dentro del país. Sobre los recorridos que realizara por todas las provincias cubanas el archivo es enorme, ya que se ha tratado de recabar el mayor material audiovisual existente sobre cada una de esas visitas; obra que consideran todavía inacabada y para lo que han invitado a todos aquellos que tengan imágenes que se acerquen a la institución, para que de esa manera sea, aún
más, una obra colectiva de fidelidad.

También diversos objetos de altísimo valor se encuentran allí. La ropa que usara durante la lucha en la Sierra Maestra, la guayabera con la que se presentara como candidato a representante antes que el dictador Batista diera su golpe de Estado, el fusil AKM modificado que usara el Comandante. Destacan, por su sencillez, los uniformes, sobre todo el de campaña que usaba a diario, con las mangas raídas de tanto trabajo y que se negó a cambiar. La última sala recuerda los días tristes que hace cinco años vivimos todos,
durante las honras fúnebres y el traslado de sus cenizas. Este espacio desde luego es uno de los más emotivos, su estilo y los hechos mismos que muestra tocan la fibra de todos.
Esta institución pretende, y de seguro lo hará, difundir la inmensa obra de Fidel. Desde ya vaticinamos que será un lugar de visita obligada para aquellos que quieran conocer la historia de los últimos 70 años y entender los próximos que están por venir.
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